Eva Amaral y Juan Aguirre han sobrevivido a sí mismos.
Las tormentas, lo salvaje, el oscurantismo en lo nocturno… su proyecto conjunto,
Amaral, ha sido más grande que la vida, y a pesar de las rupturas sentimentales,
han continuado prevaleciendo la música sobre lo personal, y eso es algo que
todos los que disfrutamos de ellos lo agradecemos.
En un rancio panorama musical como es el español, donde
apenas nadie toca ya un instrumento y se extrañan artistas de verdad, no ha
habido nadie como ellos para sucederles como uno de los dúos artísticos más
notables que han salido de nuestro país.
Cuando Amaral, tras su disco “Gato negro, dragón rojo”,
rompió con las normas del mercado, dejando la discográfica con la que habían
alcanzado la cima, y decidieron continuar por libre, autogestionándose sus
discos y abandonando las pomposas producciones de sus mayores éxitos, sin el
apoyo de las emisoras como por antaño Los 40 principales, que tanto les había
ayudado a que el multiplatino “Pájaros en la cabeza” volara tan alto, cuando
entonces crearon su sello particular, “Antártida”, parecía como si Amaral se
hubieran quedado en segunda línea de la trinchera. “Hacia lo salvaje” no obtuvo
la relevancia que merecía, y “Nocturnal”, a pesar de ser un disco más notable y
más cercano a lo comercial, se quedó en otro producto sólo para fieles.
El 6 de Septiembre verá la luz “Salto al color”, su nuevo
trabajo, editado por su discográfica pero esta vez con la ayuda de Sony.
Nombre éste de “Salto al color” más que acertado viniendo
de donde veníamos, de lo nocturno, de lo negro.
Este pasado Mayo adelantaron el primer anticipo , “Mares
igual que tú”, y muchas preguntas nos hacíamos por entonces:
¿Han vuelto a sucumbir a los temas comerciales más descarados
que ya abundaban en sus discos “Estrella de mar” o “Pájaros en la cabeza”? ¿Qué
pasa con esa idea que vendían de dejar las canciones lo más cercanas al directo,
sin grandes vestiduras? ¿Es necesario ese guiño sutil a reggaetón y que Eva saliera
bailando en el clip?
Son cuestiones que sólo ellos podrían responder, y que
nosotros, como seguidores, sólo podemos suponernos.
A estas alturas, ya podemos escuchar tres canciones de
las trece que compondrán el disco, y podemos aventurarnos, tras empaparnos de
estos avances, que los Amaral más clásicos, los que confeccionaban melodías
reconocibles como “Moriría por vos” o “El universo sobre mí”, han vuelto a la
carga, con toda la parafernalia encima.
“Mares igual que tú” es un perfecto primer single. Todo
lo comercial que quieras, es innegable, y aún así, una gema pop como pocas. Que
haya sido dada a conocer tantos meses antes de la publicación del disco,
esperamos que no les afecte, porque es digna de mantener en la memoria cuando
veamos el álbum a la venta.
Carne de radiofórmula, estos mares bucean entre aguas de
Portugal y Marruecos, como se puede apreciar en los arreglos que han
confeccionado junto a AMIT y Gareta. Un sonido orgánico con acordes de guitarra
que nos sumergen en otras culturas, convirtiendo la canción en un sonido
multiplural que abarca y confluye acertadamente unidas sus piezas. La ambición
de su proyección, no resulta disparatada ni estridente porque todo está trazado
con una elocuente elegancia.
Dejad que termine el segundo estribillo (minuto 02:12), cerrad
los ojos y decidme a dónde habéis viajado.
Se agradece este salto al color, esta profusión de
alegría, porque frases de su disco “Nocturnal”, como las de “borra todos mis
recuerdos de este país sin corazón” o “nunca he tenido disciplina, no hay nada
bueno en mí”, te dejaban un cierto amargor del que era difícil mantenerse impasible.
Después nos presentaron “Nuestro tiempo”, y volvimos al
más clásico sonido Amaral. Una balada que podría haber sido parte de “Pájaros
en la cabeza”. Retomaban los arreglos de cuerda, que ya pensábamos que no íbamos
a volver a escuchar después de lo que ellos mismos argumentaban (¿qué sería de “En
el río” sin esas cuerdas angustiosas?).
Todo aquí es marca de la casa, es un aviso a los
seguidores más acérrimos, es un llamamiento que declama “Eh, chicos, que seguimos
siendo los de siempre”.
Para mí, esta canción me dejó algo frío, sobre todo
después de la innovadora “Mares igual que tú”. Me imaginaba que el disco
exploraría esa leve electrónica y mestizaje de este primer sencillo, que habría
despertado nuevas musas en Eva y Juan, para que de repente sacaran “Nuestro
tiempo” y pareciera que hubieran desempolvado un track abandonado de “Estrella
de mar”.
“Bien alta la mirada”, apenas hace dos semanas que ha
visto la luz, y sigue la estela de “Mares igual que tú”, quizás demasiado
descaradamente, unos cambios aquí y allá, pero la misma esencia, los mismos trucos pero esbozados con menos destreza.
Esperamos mucho más del resto del disco, porque estos dos
últimos anticipos han dejado algo frío, y sobre todo, una pedazo de canción que
nos deje a todos atónitos, y que salga casi a la par del álbum.
Este es el tracklist (puede que no en este orden):
1.- Ondas do mar de Vigo
2.- Mares igual que tú
3.- Señales
4.- Nuestro tiempo
5.- Bien alta la mirada
6.- Peces de colores
7.- Tambores de la rebelión
8.- Soledad
9.- Juguetes rotos
10.- Ruido
11.- Lluvia
12.- Entre la multitud
13.- Halconera
2.- Mares igual que tú
3.- Señales
4.- Nuestro tiempo
5.- Bien alta la mirada
6.- Peces de colores
7.- Tambores de la rebelión
8.- Soledad
9.- Juguetes rotos
10.- Ruido
11.- Lluvia
12.- Entre la multitud
13.- Halconera
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