Agosto de 1994. Una desconocida cantante sin contrato discográfico de nombre Lisa Loeb se alza al #1 de la lista estadounidense de singles con una hermosa canción acústica de nombre "Stay (I missed you)", permaneciendo en dicha posición tres semanas.
Por aquellos tiempos en los que no nos valíamos de influencers de youtube, redes sociales y en general, Internet era sólo para algunos privilegiados, el boca a boca y las emisoras de radio seguían dirigiendo el mercado, y de esta manera sucedió la curiosa historia de cómo una canción que pertenecía a una banda sonora de una película que pocos recuerdan, "Reality bites", pasó a ser el éxito más inesperado para una Lisa Loeb que no se creía lo que le estaba ocurriendo.
Fue la primera vez que una cantante sin sello discográfico alcanzaba lo más alto de la lista, y creemos que nadie ha repetido el hito de la chica de dulce rostro con gafas de pasta.
25 años después, Lisa Loeb recuerda aquella historia, de la que nosotros ya hablamos hace diez años aquí, con alegría y satisfacción, que la permitió seguir el rumbo que a ella le ha venido en gana.
Los dos primeros discos (bajo la firma de Geffen) fueron dos estupendos trabajos de una compositora que junto a su compañero sentimental, Juan Patiño por la época, demostraron que había mucho más en ella que un simple éxito.
Reconocemos que lo mejor que ha entregado la Loeb en toda su carrera han sido esos dos primeros discos ("Tails" y "Firecracker") y que roto su enlace con Patiño, se acabó parte de la magia de su música. Ni siquiera el talentoso Glenn Ballard pudo relanzar su carrera con el digno "Cake & Pie", el cual produjo y coescribió.
Ahora en el 2019 parece que podría haber un punto de inflexión en su historia, aunque quizás sea muy tarde para recuperar siquiera un poco de lo perdido en el camino.
Lisa, que lleva siete años sin publicar un disco convencional de música (se ha especializado en discos infantiles), acaba de sacar orgullosamente la canción que más se acerca en esencia a aquellos inicios que tan alto la hicieron volar.
"Love never dies", escrita mano a mano con Rich Jacques e inspirada en el libro "Sophia, princesa entre bestias", es una efectiva balada que comienza a piano, para llegar a un estribillo alzado (sí, lo de siempre). No deja de ser un poquito random, lo admitimos, desde la letra, (de la autosuperación nadie ha hablado todavía, ¿no?) hasta el sonido, pero es un atisbo de luz para que Lisa, que siempre ha sabido hacer grandes sus canciones contando los pequeños detalles (escuchen "Falling in love" y compruébenlo) pudiera volver a retorcer el rizo y demostrar a sus 51 años que todavía le queda algo de esa escritora tan aguda que fue.
A la voz de Lisa se le notan los años, se ha vuelto más áspera, pero aún conserva ese punto tan carismático que la hacía destacar entre todas las cantautoras de su generación. La dulzura en sus interpretaciones (si no, jamás se explicaría el éxito de "Stay") fue lo que la llevó a la cima, y podríamos decir que si se animara a seguir la línea que marca "Love never dies" (más cerca de la Avril Lavigne baladista o de Sara Bareilles) pero que no choca entre su repertorio, podría publicar un disco completo con canciones resultonas que harían el día de todos sus seguidores.
NOTA: 6/10
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