Rosalía nos ha tenido engañados a todos.
La gran esperanza de la música española, la artista emergente patria con más proyección internacional, la cantante que fusionaba flamenco con pop, hip hop y trap en un estilo único, la apuesta comercial de medios tan "serios" como la revista Rockdelux (sus dos discos fueron #1 en sus repasos anuales), esa desconocida que hasta Madonna citaba y reconocía ser seguidora, la que aparecía hasta en la sopa, en todas las noticias, cuando nos despertábamos y poníamos la tele o la radio.... ¡¡"Tras, tras"!! ¡¡La tienes detrás!!... esa Rosalía se ha vendido al mejor postor, al poderoso Don Dinero.
La chica que una vez quiso regentar un restaurante estrella Michelín, lleva ya unas cuantas canciones (las que ha sacado después de exprimir su "El mal querer") en las que está demostrando que su ambición real era abrir un McDonald's.
Probablemente esté disfrutando de más éxito, que es lo que ella ansiaba buscar a toda costa: sus clips en youtube tienen más visitas, su base de fans se ha ampliado, sobre todo entre el público adolescente que parece que no son capaces de tolerar una canción con más de un acorde, se ha vendido a las tendencias populares abrazando descaradamente el reguetón, el trap y demás estilos monocromos para abultar su cuenta de instagram.
Si esto era lo que Rosalía aspiraba a conseguir, cuando conquistó a todo el mundo con sus enormes "Malamente" o "Pienso en tu mirá", sentimos una tremenda decepción y mostramos nuestro más profundo rechazo a esta faceta que ha adoptado.
Cuando editó junto a J. Balvin, "Con altura", todos los que habíamos creído en ella y que habíamos disfrutado de sus dos primeros discos, nos echamos a temblar por lo que podría ser la evolución de la catalana. No nos hemos equivocado y los peores presagios se han hecho realidad; ha ido a más y más, arropada por la buena acogida de sus incursiones en el mercado del consumo rápido.
Bien ella sola, sacando absurdas canciones que acaban poniéndote nervioso ("Aute cuture"), repetitivas, insustanciales, huecas... y sobre todo ha destacado "malamente" en las colaboraciones con los raperos de moda, que tanto se han alejado de la Rosalía que apuntaba como los ángeles en su primer disco.
Su fan target está disminuyendo en media de edad con cada tema que saca, ahora debe andar en los 15 años, y los que soñábamos despiertos escuchando "Pienso en tu mirá" (bien es cierto, que más allá de tres canciones,"el mal querer" no daba para mucho más por más que se emperren los medios), nos hemos llevado un buen bofetón con cosas tan abominables y vacías como "Yo x Ti, Tu x Mi", su última entrega, que cuesta incluso escuchar más de dos veces.
Rosalía se está especializando en la fast food de la música, y ha descubierto las claves tan simples de estos géneros, en los que se repite continuamente la misma estructura para que desde la primera audición te quedes con todo lo que te pueden ofrecer. Y cuando acaba no tiene más, no hay más que descubrir. ¿No te ha parecido poco escuchar el mismo soniquete seguidamente durante tres minutos? ¿Es que necesitas darle otra vez al play y martirizar tus oídos?
Audaz es aquel que se atreva a lanzar una canción melódica completa (verso-estribillo-verso-estribillo-puente-estribillo), que sea un éxito y no le acaben de acusar de plagio, si no que se lo digan a Lady Gaga o Katy Perry, como hablamos aquí, porque vistos los resultados es mucho más fácil tirar de un mismo acorde, hacer una deconstrucción continua sobre lo mismo y plasmarlo en una canción cortita para que no se haga demasiado cansina, y lo curioso es que aún siendo tan breve, a uno se le hace eterna.
Rosalía y por extensión, su productor, El Guincho, se han aprendido muy bien la receta del Big Mac y están sacando hamburguesas de la plancha sin detenerse, sabiendo que esto no va a durar eternamente y la gallina de los huevos de oro un día se plantará en huelga.
No importa que a ella no se le entienda apenas nada de lo que entona, que no necesite desplegar voz (que la tiene) y que tantos aplausos despertaba, que se arrope de pseudocantantes (siempre he defendido que rapear no es cantar, sus facultades van por otro lado) y que como decimos, vaya a lo fácil, al terreno seguro que supone aprovechar una línea de acordes muy concreta y estirarla y estirarla... a pocos días de haberse publicado, el video de la Rosi ya tiene 10 millones de visitas y se garantiza otro plato más de rápido consumo en su menú.
Encima tiene el valor de decir que "somos dos cantantes como los de antes".
Rosalía, muy malamente lo tuyo, bonita.
NOTA: 2/10
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