miércoles, 31 de julio de 2019

Madonna - Despejando la X de Madame X



“Madame X” plantea una incógnita ya desde su título, y es que el catorceavo disco de Madonna no es un disco más en su carrera, porque de nuevo es ella la que impone las normas y marca tendencias, haciendo caso omiso de las modas y emprendiendo otra vuelta de tuerca a una carrera llena de vaivenes. 

Es un trabajo de lenta digestión, que requiere varias escuchas pues son muchos los matices que esconde. Cuando se publicó, saltaron voces que pronto valoraron el disco negativamente, y realmente admiro a quienes se creen con la capacidad suficiente para llegar a determinadas conclusiones sobre un trabajo tan complejo como es “Madame X”. 

A mí me ha costado despejar la incógnita, y todavía hoy, con las escuchas, sigo hallando nuevos matices que me hacen apreciar más la calidad de este trabajo, que de primeras me dejó indiferente, porque no encontraba cohesión en sus temas, porque me parecía un batiburrillo de estilos, de flechas lanzadas en todas las direcciones sin llegar a acertar de pleno. 

No había temazos claros, singles que saltaran a la vista. Las canciones más inmediatas, como podían ser “Crave” o “I rise” ya se habían publicado semanas antes de que el disco saliera a la venta, y el resto se me hacía extraño, la X se me antojaba indescifrable. 

Veníamos de un álbum como “Rebel heart” en donde primaban canciones más inmediatas y fáciles de consumir, y de nuevo, la Madonna más ambigua, más ambiciosa, volvía a las andadas con un producto no apto para el público impaciente del 2019. 

Desde “Hard candy”, se ha dejado llevar por los productores de moda, sumándose a unas tendencias que practicaban otras quizás con más acierto que ella, y no ha sido hasta este “Madame X” que podemos afirmar que de nuevo, se ha sacado de la manga un producto insólito que aunque bebe de innumerables fuentes, consigue, sobre todo en sus temas más arriesgados (“Dark ballet”, “God control”) que nos rindamos ante esa Madonna a la que le gustaba descubrir sonidos nuevos y plasmarlos en sus grabaciones. 

El problema es que no todo son aciertos, y suprimido el factor hit, que no será porque lo haya intentado, porque “Crave” es una canción que si la hubiera sacado Ariana Grande o Beyoncé,  hubiera sido un éxito mundial,  se torna muy complicado que Madonna vuelva a las listas de éxitos que tan fea e inmerecidamente la han ninguneado en esta era. 

A pesar de estar ante la Madonna más generosa de los últimos años, con nada más y nada menos que seis sencillos extraídos de su disco hasta la fecha, y sus respectivos videoclips, con una estética impresionante, una muy buena campaña de publicidad que incluyó la para muchos desastrosa actuación en Eurovisión (toda publicidad, aunque sea negativa, viene bien), su disco no ha cuajado en el público, por lo menos más allá del ámbito fanático, y así se ha constatado en su desplome fulminante en los charts mundiales. 

Puede que a Madonna a estas alturas no quiera tener en consideración los resultados de las ventas, pero hemos de ser realistas cuando pensamos que a todos los artistas este factor le resulta determinante, porque supone aceptación, y quien diga lo contrario es que se quiere consolar en el naufragio. 

Yo que viví de pleno la era “Ray of light”, encuentro muchas similitudes en ambas épocas. Estábamos ante una artista que rompía con todo lo anterior para ofrecernos un producto nuevo. Con “Ray of light” me pasaba algo muy parecido a “Madame X”, las canciones se me hacían extrañas, apáticas. Todavía recuerdo mi cara de estupor cuando escuché por primera vez "Drowned world". 
No fue hasta que le dí varias oportunidades, escudándome en los pocos ganchos que encontraba, que aprendí a apreciar en su conjunto el trabajo y a querer de nuevo a una Madonna que parecía desesperada en sus reinvenciones para atraer al público.

Con aquel disco, de la mano de William Orbit, lo consiguió, un espectacular primer single como “Frozen” la devolvió al pódium y marcó un punto y aparte en su carrera. 

Eran otros tiempos, y ahora el reloj ha jugado en su contra. Puede ser que sea demasiado mayor para ser un icono pop, que yo personalmente no lo entiendo así, pero parece ser que tanto apelativo despectivo hacia “la vieja” haga que muchos lo crean, o puede ser que tanto trabajo menor que precede a este disco, como el fallido “MDNA” o el poco ambicioso “Rebel Heart” hayan causado mella en su público, pero lo cierto es que “Madame X” se merecía mejor suerte porque estamos ante uno de los trabajos más elaborados y fructíferos de la diva. 

No se merece ninguno de los reproches que le han llegado. Ni por su edad, huelga decir una obviedad como que todos nos hacemos viejos, ni por su falta de osadía.
A mí me duele en el alma leer tanto calificativo insultante hacia su persona, como que se debería retirar o que está muy mayor para lo que hace. No somos nadie para decirle a una artista cuándo debe detenerse, ella todavía considera que tiene muchas cosas que decir y material que entregarnos, y mientras haya una sola persona en el mundo que quiera escuchar lo que tienes que decir, no debe rendirse. 

Preferiría, pero esto es mucho pedir, que la gente que no se muestra misericordiosa con ella, y menos respetuosa, mirara para otro lado y permitiera que cada uno haga lo que le viene en gana, pero somos tan insolentes y maleducados que apoyados en el anonimato que nos ofrece Internet, soltamos burradas buscando el daño más gratuito.

Una artista tan legendaria como Madonna, que ha demostrado tanto en décadas de carrera, a ver quién puede decir lo mismo, mínimo se merece un respeto, y si no tienes nada bueno que decir, quizás será mejor que no lo digas, por educación, más que nada. 

Pero esto son tribulaciones que no llevan a ningún sitio, y el mundo es como es, por lo que las voces discordantes van a seguir gritando, y artistas como Madonna, se harán más fuertes ante la adversidad y nunca tirarán la toalla. Como dice en su track final, “I rise”, se alzará una y otra vez por encima de todos.

Realmente quería escribir una breve introducción para anunciar que desde aquí, a partir de la semana que viene iré despedazando la X de Madame X, canción por canción, avisando que habrá suspensos y notas altas, porque en conjunto, anticipo, no creo que “Madame X” funcione, por mucho que ella haya puesto su empeño en encontrar sentido a la secuenciación de las canciones. No todo tiene cabida ni queda resuelto en este disco. Hay carencias graves (la falta de un hit claro) y aciertos arriesgados (vivir una temporada en Portugal es lo mejor que le podría haber pasado, por lo menos de cara al material entregado).

No voy a seguir el orden del disco, lo voy a desordenar, empezaré a hablar aleatoriamente de las canciones, según me vaya apeteciendo, porque cada una de estas piezas requiere una atención precisa intentando abandonar el conjunto. 

Espero vuestros comentarios, siempre desde el respeto, y cualquier aportación será bienvenida.

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