jueves, 9 de agosto de 2018

John Grant - Volatilizada la magia


John Grant es la prueba fefaciente de lo que es una trayectoria mal llevada. Así de rotundos empezamos, no ocultamos el espíritu negativo de este post. A pesar de triunfar con un esplendoroso debut como fue "Queen of Denmark", en el segundo disco decidió explorar en la electrónica y ahí se ha quedado afincado.Craso error de libro.

Escuchando "Love is magic", la canción que da nombre a su cuarto trabajo, uno no puede evitar pensar que detrás de esa molesta producción chirriante llena de efectitos de videojuegos de los 80, podría haber una gran canción, marca 100% Grant, en la que las melodías son primas hermanas de lo que ha venido haciendo últimamente.

Si ya el anterior disco, "Grey tickles", que por muy buena recepción que tuviera por la crítica, era insufrible, no parece que ahora se haya remendado y haya rectificado su trayectoria, por mucho que haya vuelto a trabajar con Paul Alexander, de Midlake, que ya estuvo detrás de su primer trabajo. Le otorga credibilidad a su táctica, eso sí, pero le resta calidad, como viene careciendo unos cuantos discos atrás. No tenemos nada en contra de la electrónica, ni mucho menos. Adoramos la electrónica que desprende gusto (Robyn también es muy ochentera y nada tiene que ver con ésto) pero no podemos estar a favor de este batiburrillo de soniquetes de verbena que hacen a la canción fea. Muy fea. Horrenda. Y pesada. Un ladrillo, esto es.

Nos estamos acostumbrando a las excentricidades de John. Ya para el anterior disco se atrevió a grabar algún clip de los que claman al cielo, impactante en imagen, discordante en música. Por eso, verle en la portada de su nuevo álbum con semejante atuendo no nos sorprende. En unos anticuados gayumbos, con mucha pluma y una jaula en la cabeza, mientras parece estar cantando con el micrófono arriba. Portada que promete, transgresora y llamativa, aunque provoque un poco vergüenza ajena. Promete más que sus canciones.

"Love is magic" es otro refrito de sus últimas canciones. En el aspecto musical, John Grant está demostrando ser demasiado limitado. Sus melodías y estructuras se repiten una y otra vez siendo cada vez más complicado diferenciar unas de las otras. En lo que es la letra, de nuevo, John se pone en la piel de una especie de psicoanalista preguntando si sufres depresión, tienes una actitud pasiva agresiva, mientras nombra situaciones de absoluta dejadez en un entorno opresivo. Puede que si has olvidado tu medicación y Sade suena en la radio, te quieras arrojar por la ventana.
Escuchar tu canción tampoco ayuda a quitarte esa idea de la cabeza.

Hay una ironía en los textos de John presente en todas sus composiciones. En su día, tenía su gracia, pero la continua exposición de sus trucos de magia está llegando a agotar. Tras unos versos desoladores, en donde falta que diga "tronco, coge un cuchillo y anímate, porque tu vida es una auténtica mierda", llega el estribillo y dice eso de que el amor es mágico y no le cierres las puertas. Pfff, no sé yo si al receptor del mensaje, después de esta trágica descripción de los hechos, le van a quedar ganas siquiera de abrirle la puerta al de Telepizza.

Puede ser que ahí radique el propósito de John. No existe la completa oscuridad, siempre hay un rayo de sol, por muy minúsculo que sea.
Si Grant no fuera tan minucioso en los decadentes detalles, se podría ver así, pero su rayo de luz suena a chiste de mal gusto.

En su día, John vendió su historia personal a todos los medios con el fin de acaparar entrevistas y promocionar su primer vástago, "Queen of Denmark".  Homosexual con VIH, tendencia a la depresión y solitario, amargado de la vida, ex-cantante de The Czars que ha sido rescatado de la miseria en la que se encontraba. La música le salvó, según decía. Le ha dado fuerzas para seguir viviendo. Plasmar en sus letras lo que recorre su angustiada cabeza ha sido una forma de soltar porquería. En eso sigue usando la misma táctica, aunque ha dejado de usar la primera persona para cambiarla a la segunda, movimiento éste que le dota de cierta arrogancia. Él ya está curado, ahora lo que quiere es curar a los demás.

Salvaríamos sus nuevas metodologías de análisis y su cambio de objetivo, pues la ironía y su humor negro continúan impregnando sus textos.
El problema que llevamos arrastrando mucho tiempo es su elección de productores. Esa vacua producción como la que aquí se manifiesta, que hasta llega a irritar al oyente. No sólo le roba sentimiento a y veracidad a su exposición lírica, si no que en su desfase y mala ejecución, le entran a uno unas ganas irrefrenables de pulsar el stop hastiado del esperpéntico escenario sonoro. Ni los perros haciendo virguerías evitan que quieras detener el video.


2 comentarios:

MIDAS dijo...

Supongo que has construido tu post basándote en la canción "Love Is Magic" que debe ser el adelanto o el single de presentación del nuevo álbum. Si es así, no te voy a quitar la razón en todo lo que has expuesto. Es cierto que en el segundo disco teníamos algunas canciones que encajaban en "Queen of Dennmark" y otras de transición con su coqueteo con la electrónica, para luego darnos ese tercer álbum insufrible que yo escuché en Spotify pero que no me compré.
Y puede sonar a que te estoy fusilando el post en este comentario, pero yo tampoco tengo nada en contra de la electrónica si se usa con inteligencia. En cuanto se convierte en el elemento chirriante que sobra, es obvio que es una puta mierda.
Normalmente los singles de presentación recuerdan al oyente A) De dónde vienes (cuando tuviste cierto éxito con tu disco anterior) o B) Hacia donde quieres ir (Cuando quieres hacer un cambio). Si este "Love Os Magic" nos recuerda que viene de "Grey Tickles" para que los que compraron "Grey Tickles" vuelvan a comprar este, hay esperanzas de que en el álbum haya otros temas mejores camuflados. O al menos, es lo que espero. Si no, creo que lo hemos perdido para siempre.

archer dijo...

Sí, el post está basado en este primer sencillo adelanto del cuarto disco, que nos hace presagiar que va a ir por los mismos derroteros que el tercero, por mucho que haya vuelto a colaborar con miembros de Midlake, que fueron los que confeccionaron su sonido en "Queen of Denmark".

El segundo disco te lo salvo porque contiene canciones grandiosas como aquel "Glacier". De lo mejor que ha hecho. Ya ese coqueteo con la electrónica más pedante y aburrida apuntaba mal.

Yo no tengo nada en contra de la electrónica. Es más, aquí hablamos continuamente de artistas cuya música se basa en la electrónica, pero usada con gusto y como dices, inteligencia. Lo que ha hecho Grant es coger los elementos sonoros que pululaban en los 80 y que ahora escuchamos y nos parecen desfasados, que han envejecido mal. En "Love is magic" estamos ante una sucesión de soniditos del tipo "matar a marcianitos" o "obtener un bonus" sacado de los primeros videojuegos que se hicieron. Aquí no hay gusto ninguno, es una sucesión de ruiditos y efectitos de lo más incómoda. Es una electrónica económica extendida hasta el tedio (la canción original dura más de seis minutos, un insufrible final con más marcianitos muriendo).

Con John Grant esto me fastidia sobremanera. Creo que las buenas canciones, las melodías y letras trabajadas siguen ahí. Es su decisión a la hora de producirlas lo que le ha chafado el resultado, lo ha empobrecido. Probablemente seguirá disfrutando del beneplácito de la crítica, pero el público que ya rechazó de cara el anterior disco, seguirá con la misma tónica aquí. No hay más que leer los comentarios de los seguidores en YouTube.

Saludos Midas!

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