"Desde que nos casamos, Adrianí vive dominada por el temor a las enfermedades. Durante los primeros años de nuestro matrimonio solía apoyar la oreja en mi pecho mientras yo dormía, para ver si mi corazón seguía latiendo. O acercaba la mejilla a mi boca para asegurarse de que respiraba. Al principio esta manía me halagaba, como cuando me acariciaba el vello del pecho o me preparaba tomates rellenos, que es mi plato preferido.
Después de cinco años de matrimonio, sus caricias me producían cosquillas; a los diez, el peso de su cabeza apoyada en mi pecho me producía disnea; a los quince, los tomates rellenos se me indigestaban.
Los matrimonios felices, sin embargo, se nutren de las contradicciones. Adrianí tiene pánico a las enfermedades; yo, a los médicos. Ella sale corriendo a hacerse un análisis a la menor molestia, yo pienso que hasta al dolor más intenso es preferible dejarlo en paz. Ya pasará. De momento, los hechos siempre me han dado la razón. "
Petros Markaris "Defensa cerrada"
Quería compartir este extracto del libro que me estoy leyendo, creo que en pocas líneas describe la decadencia que sufren todas las parejas. Aquello que nos parece hermoso, deja de serlo, ¿pero seríamos capaces de vivir sin ello?
Debe ser que lo acabamos olvidando:
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