"Nada es lo que parece" es la prueba de que en la trastienda de la música española hay mucho que descubrir. Una producción impecable y unas letras con contenido que se debe disfrutar en pequeños sorbos. La voz del intérprete, muy limitada, puede saturarnos, por eso requiere su tiempo.
Los estoy descubriendo estos días y poco puedo aportar de ellos, que no sea mirando por la red.
Os dejo lo que escribieron los de Rockdelux sobre ellos:
Con este nombre que parece un chiste malo, el quinteto Yani Como llega ya- después de "El más grande era gigante" (2006) y "13 formas de reparar un corazón" (2009) - a su tercer largo, "Nada es lo que parece". Solvencia contrastada, tras la alargada estela de Los Planetas o La Buena Vida (aunque también, en ocasiones, de REM) y situándose en cabeza de la segunda división del indie español junto a La Habitación Roja y Lori Meyers.
Aquí hay canciones, y de las buenas: tras un rotundo "Aquí estoy" de saque, la intensa "Buenos Aire" y la emocionante "Canción feliz".
Aseguran que esta vez se han abierto en canal en las letras ("No sé cuidar de mí", sería un ejemplo evidente, como también puede serlo "Siempre estarás"), y en "Camino" el cantante se marca un bonito dueto vocal con la violinista Alma (¿alguien se acuerda de "El Regalo de Silvia"?
Títulos escuesto como "Coulottes", "50 euros", "Diferente, "Foiegrass", "Polaridad", "Flexibilidad" o "Magia" aportan un aire de misterio y van sumando hasta llegar a la generosa cantidad de 14 canciones redonditas. Sabe mal descubrirlos tarde por lo que nos hemos perdido mientras tanto, pero la parte positiva es que ya nos encontramos con un grupo hecho y derecho, muy maduro y con algo muy suyo que decir. Y esto es harto raro de encontrar.
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