Héctor Buitrago y Andrea Echeverri formaron Aterciopelados en 1992, y desde entonces, esta pareja de colombianos se convirtieron en una de las propuestas más interesantes y originales del pop latino al "desuso". En poco tiempo, melodías como las tremendistas "Florecita rockera" o "La estaca" fueron éxitos en América y con "Bolero falaz" consiguieron hacerse un huequito en nuestros corazones por este lado del océano.
Les dábamos por perdidos, enfrascados en sus proyectos en solitario y así como de la nada, anunciaron nuevo disco que se publicó el 30 de Mayo, "Claroscura". Escuchándoles de nuevo nos damos cuenta lo geniales que son y la falta que hacían en el panorama.
Han vuelto para llenar de luz, con melodías contagiosas de letras hilarantes y rimas imposibles. Sólo hay que coger algún extracto de este nuevo disco para darnos cuenta que sus composiciones no son las habituales y manidas letras de amor que abundan en los aburridos cancioneros de la música en español y que tanta pereza nos dan. Como muestra un botón, "Tu amor es" nos suelta en el estribillo algo tan romántico como esto:
Tu amor es una fuente, de hormona en mi torrente
descarga una corriente, de luz íntimamente
tu amor es dopamina, libera oxcitocina
me da serotonina, química de la fina
¿Quién no se va a enamorar con algo así? Es que Aterciopelados ya nos ganaron a todos con su forma de despechar a sus amantes en las interpretaciones afligidas y rompedoras de Andrea Echeverri.
En Octubre paran por España para presentar este trabajo y recomendamos encarecidamente ir a verles porque aunque uno no conozca sus canciones, escucharles es todo un entretenimiento.
Este disco lo han presentado con dos canciones. La primera es "Play", con Cachorro López en la producción y Ana Tijoux colaborando.
“Sólo quiero que esta música te acaricie como el viento, te caliente como el sol y te sepa a melocotón", entona Andrea en referencia a los tiempos de los likes, “No tiene que ser un hit, sólo contigo hacer click. Ser número uno no es mi ambición, quiero un huequito en tu corazón”.
La otra canción es la que cierra el disco, "He venido a pedirte perdón", una forma tan peculiar de disculparse como sólo podrían hacer ellos. El despecho y la frustración de las rancheras mexicanas se queda en cuentos de niños al lado suyo.
Otra de las canciones que podemos encontrar en el disco es "Ay ombe, vamo a relajar el pony", que no pasa desapercibida por su mensaje cargado de un feminismo consecuente y consciente, en el que destaca la frase con la que hemos titulado este post; "Hoy agacho la cabeza ante la grandeza de la mujer".
Gracias por volver, relucientes y rechinados.
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