¿Qué pasaría si en España saliera un cantante vestido como torero y le dedicara una canción a este oficio? Pues que además de creer que hemos retrocedido 30 años, estaría todo el mundo echando pestes sobre él. ¿Y si esto lo hace un cantante alemán de origen latino en pleno 2018?
Sabemos que, siempre hablando de forma genérica, a los alemanes les encanta España, y sobre todo, ciertas partes de España que hasta se han apropiado, como Mallorca, y les apasionan nuestras tradiciones.
Esto lo puedo constatar en primera persona que he viajado mucho a Alemania y aunque puede ser que no sea un sentimiento global, por lo menos, cierta curiosidad y conocimiento tienen sobre el mundo de la tauromaquia y nuestras costumbres religiosas. A un alemán le gustaría acudir a una corrida de toros o poder asistir a una procesión en Sevilla. Ellos saben mucho más de lo que pasa en España que nosotros de lo que pasa en Alemania. España es muy atractiva para los alemanes, no sólo por el sol y las fiestas, que es cómo nos venden en la incensante publicidad que se ve allí, si no por lo que representa nuestra cultura.
Luego aquí cada uno que piense lo que quiera de nuestras tradiciones, pero si los toros continúan hoy por hoy es porque no dejan de ser un reclamo turístico sin igual, y una seña de identidad que nos define, a nuestro pesar. Cuando estando en Alemania sacábamos el tema de los toros, en general todos mostraban interés en el tema y reconocían que les gustaría ver una corrida de toros alguna vez, y sobre la peliaguda cuestión sobre la muerte del toro, no lo veían como la barbarie que muchos quieren ver. Entienden que es parte del espectáculo, que son animales criados específicamente para estos menesteres igual que hay otros animales con otros fines en la sociedad.
En cuestiones de racionalismo son bastante contundentes. Cuando les comentaba que hay mucha gente que no apoya los toros y sobre todo, que el animal acabe muriendo, ellos comentaban que es parte fundamental del espectáculo, es la culminación del torero, el momento más tenso y emocionante del evento. Sin muerte, los toros no serían igual. Que Ferdinand acabara indultado es algo que sólo ocurre en las películas de animación.
Yo me mantengo al margen de estos pensamientos. No estoy ni en contra ni a favor de los toros porque la tauromaquia me provoca la mayor de las indiferencias, así que no puedo ni quiero ponerme de un lado porque tendría que ahondar más en cuestiones sobre qué supondria la eliminación de este espectáculo que sé que mucha gente difruta y que, aunque nos duela en el alma, es nuestro reclamo más popular. ¿Cuánta gente vive de este mundo? ¿Hay algo ilícito en criar estos animales para estos fines? ¿Se resentiría el turismo español?
Lo que está claro es que si viene alguien como Pablo Grande, ataviado de matador y canta en estilo schlager sobre este tema, es porque los alemanes todavía ven el sentimiento festivo en esta tradición hasta el punto de culminarla en música y que no les lluevan las críticas por el atrevimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario