"Heart of my own", segundo trabajo de la canadiense Basia Bulat fue uno de mis discos cabecera durante el 2010. Cuando la descubrí lo compartí con vosotros y sus canciones han sonado en mis viajes a Italia o Colombia, recordándome lejanos paisajes que se pintaban con las notas de "If only you", "Gold rush" o me dejaban la mente en blanco cuando aparecía "I'm forgetting everyone".
Su vívido folk era el resurgente perfecto para mi estado de ánimo, tomaba cada palabra como mía y su voz decoraba las ciudades, o los campos.
Los de Rockdelux ya lo decían también, que no la perdiéramos de vista, y si se te pasó por alto este formidable disco, aún estás a tiempo de hacerlo, no faltan argumentos.
NUEVO FOLK:
Para todos aquellos que descubrieron las bonanzas de esta joven artista canadiense con su álbum debut, "Oh, my darling" (2007), este segundo disco resultará una grata sorpresa. Porque si el punto débil de aquel pasaba por una sensible falta de brío en sus composiciones, aquí imprime energía a su sensibilidad vocal y compositiva, lo que la lleva hasta los derroteros del lado más optimista de la nueva canción folk.
Así, en este "Heart of my own" encontramos ukeleles, mandolinas, violas y guitarras conviviendo en armonía con una mayor riqueza percusiva que, junto a la sugerente y vibrante voz de Bulat, convierten a sus canciones en nichos de dulzura y riquezas musicales.
Estilísticamente en algún lugar entre Feist, St. Vincent y Serena Ryder, la de Toronto apuesta así por insuflar vida a sus composiciones sin renunciar a la sensibilidad inherente a su música. En resumen, un buen disco que, de paso, mejora sustancialmente la propuesta de una artista a quien no deberían perder la pista.
Os dejo con "Sugar and spice", el primer corte lento que presenta el album y en el que se respiran influencias de Natalie Merchant. La instrumentación es una delicia y Basia, más contenida de lo habitual, ofrece dulcemente su mejor saber hacer. Nada de picante.
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