Han sabido mezclar la comercialidad con la calidad, han ganado respeto, capacidad literaria y voluntad para dar paso a lo que debía ser "Pájaros en la cabeza", ese disco que deje más que claro que si han llegado a donde están es por algo. Deja muy atrás a "Estrella de mar" y apuesta por un estilo más marcado, en canciones (es lo único que se les puede achacar) quizás sobreproducidas (días de verano debe resultar preciosa con una única guitarra).
Además, se agradece que el disco albergue tantas canciones, catorce temas que no resultan cansados y forman un buen conjunto, no podríamos descartar ninguna, podría ser que echáramos a Marta, Sebas, Guille y los demás.
El disco tiene momentos muy emotivos, "Tarde para cambiar" llega a lo más profundo, "Esta madrugada" realmente no parece nunca acabar y "No soy como tú" representa la genialidad. Se mueven con mucha gracia en esos temas que la gente pide "El universo sobre mí" (quién no pensó la primera vez que lo escuchó que era igualito que "Sin ti no soy nada", sobre todo en el verso). "Salta", "Resurrección" y "Revolución", canciones que pueden hacerte botar en estadios.
Amaral retuerce con astucia el mensaje del pop más creíble con inteligencia, saben coger lo que más les interesa, ese pop ochentero, esa canción acariciadora y sabe lo que le gusta a la gente. Han hecho bien sus tareas, pueden estar orgullosos de ellos en su compañía. Se han convertido en uno de los grupos más importantes de la industria española y se lo han ganado.
Esto no es un sueño, ahora estamos despiertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario