“Segunda y fatal primera impresión”, ese podría ser el título del segundo “largo” de Daniel Bedingfield desde la sabia perspectiva que ofrece el paso del tiempo.
El mayor de la saga de artistas Bedingfield, nacido en Nueva Zelanda pero criado en Reino Unido, publicó con pocos medios su primer album “Gotta get through this” en el año 2001.Producido casi en su totalidad por él mismo, donde también elaboró todas las programaciones para dar forma a ese sonido garage del que se le clasificó, fue poco a poco publicando singles, en silencio, hasta llegar a la bomba explosiva de las ondas que fue “If you’re not the one”, balada extrema de las que mueven el corazón de masas, amas de casas, jóvenes pletóricos con hormonas sensibles y televidentes de programas del corazón.
La canción tenía su peso en oro, es indiscutible, independientemente de lo que pueda provocar en los oyentes más exigentes. Su punto fuerte era la interpretación del joven Daniel, donde podía alcanzar unas notas agudísimas, lo que le valió el Brit al mejor cantante masculino.
El album se alzó al #2 en UK, apoyado por esos singles preliminares como “Gotta get through this” y “James Dean” y posteriormente llegó la reedición del disco con un baladón sobrado de azúcar de la no menos edulcorada Dianne Warren, la canción “Never gonna leave your side”. El título empalagosillo del tema ya lo dice todo.
En el video, rodado en España, un inocente Bedingfield canta a su chica que no la dejará, aunque ella esté más interesada en pasar el tiempo con su caballo que con él. Hecho éste que mencionó el propio Bedingifield en una entrevista.
“Todos los videos que he hecho son una auténtica porquería”. He aquí la prueba:
Para nosotros, los españolitos mantenidos al margen de lo que se cueza en otros países, como el hervidero constante que hay en UK, el nombre de Daniel Bedingfield nos sonará a chino, pero en UK, está considerado algo así como un Alejandro Sanz de los británicos.
A la tensión que puede producir en cualquier persona normal la reválida de un disco de éxito, se añadió un accidente en su natal Nueva Zelanda que casi acaba con la vida del díscolo Daniel.
Para su segundo largo contó de nuevo con la ayuda (para su desgracia) de la escritora Dianne Warren y con Jack Joseph Puig, productor que sobrecargó unas canciones que no había por donde cogerlas, intentando disfrazarlas, aunque fueran basura pura.
Si queremos hacer un estudio de cómo acabar fulminantemente con una carrera prometedora, podemos coger como ejemplo a Daniel Bedingfield.
El disco “Second first impression” publicado en 2004, fue apabuleado por la crítica, por los fans, los medios y seguramente hasta por su madre. Porque un par de canciones salvables en un disco que encima no tiene apenas contenido, no es aceptable en su caso.
Ese primer single “Nothing hurts love”, canción de la Warren fue un fracaso brutal y provocó que el disco sólo llegará al 8, para después bajar a pasos agigantados.
Escuchando este disco, uno no puede creer que estemos delante del mismo artista, que si bien el primer disco tampoco es que fuera para aplaudirlo, era más sólido que este del que hablamos, el cual acabó por completo con su mini-carrera.
Los que no tengan ni idea de inglés que se alegren de no entender la cantidad de chorradas que suenan en este disco.
Sería difícil encontrar temas tan horribles como “Sorry”, donde se dirige a su hermana, a la que por lo que se explica, no sabemos si la han violado o la ha pegado.
Otros temas para tirarse desde el balcón son “Growing up”, escrita por Daniel cuando tenía cuatro años, “All your attention”, mala con ganas o “Holiness” que no sabemos bien qué pinta ahí.
Es que “Don’t give’r it all” y “The way” no rescatan el disco de la masacre, porque las letras de estos dos temas también son para llevarlas a estudio.
Luego, al final, para rematar la pesadilla de Bedingfield, nos incluye dos demos que son un auténtico coñazo.
Si queremos hacer un estudio de cómo acabar fulminantemente con una carrera prometedora, podemos coger como ejemplo a Daniel Bedingfield.
El disco “Second first impression” publicado en 2004, fue apabuleado por la crítica, por los fans, los medios y seguramente hasta por su madre. Porque un par de canciones salvables en un disco que encima no tiene apenas contenido, no es aceptable en su caso.
Ese primer single “Nothing hurts love”, canción de la Warren fue un fracaso brutal y provocó que el disco sólo llegará al 8, para después bajar a pasos agigantados.
Escuchando este disco, uno no puede creer que estemos delante del mismo artista, que si bien el primer disco tampoco es que fuera para aplaudirlo, era más sólido que este del que hablamos, el cual acabó por completo con su mini-carrera.
Los que no tengan ni idea de inglés que se alegren de no entender la cantidad de chorradas que suenan en este disco.
Sería difícil encontrar temas tan horribles como “Sorry”, donde se dirige a su hermana, a la que por lo que se explica, no sabemos si la han violado o la ha pegado.
Otros temas para tirarse desde el balcón son “Growing up”, escrita por Daniel cuando tenía cuatro años, “All your attention”, mala con ganas o “Holiness” que no sabemos bien qué pinta ahí.
Es que “Don’t give’r it all” y “The way” no rescatan el disco de la masacre, porque las letras de estos dos temas también son para llevarlas a estudio.
Luego, al final, para rematar la pesadilla de Bedingfield, nos incluye dos demos que son un auténtico coñazo.
Como modo anecdótico, su hermana Natasha, conocida en España por su canción “Unwritten” que aparece en un anuncio de colonia, creo, empezó siendo famosa como la hermana de Daniel para que luego con el tiempo, Daniel acabara siendo el hermano de Natasha. Aunque existe la maldición Bedingfield.
La exitosa Natasha que con su primer disco triunfó incluso en USA; se dio una buena hostia con su segundo disco, sólo para mantener la tradición empezada por su hermano.
La exitosa Natasha que con su primer disco triunfó incluso en USA; se dio una buena hostia con su segundo disco, sólo para mantener la tradición empezada por su hermano.
Corta vida (artística) a los Bedingfield.
2/10
2 comentarios:
Me encantó If you're not the one. Era un baladón increible.
Desde entonces le perdí la pista por completo, pero si dices que el resto es basura, te creo...
Su hermana tiene buena voz tb pero su estilo no me tira mucho.
No sé por qué, siempre he establecido una similitud o paralelismo entre los Dedingfield y los Wainwright. Supongo que porque ambos son hermanos, porque conocí primero a la parte masculina y luego a la femenina en los 2 casos...Me quedo con los Wainwright de todas todas.
A mí su hermana tampoco me hace mucha gracia, alguna cancióncilla suelta, como la de la colonia.
Por cierto, se me olvidó comentarlo en el artículo. Daniel Bedingfield no ha vuelto a sacar disco desde el 2004 y no hay ninguna noticia de nada de nada desde entonces. En su web pone que sigue escribiendo canciones, pero vamos, que es lo que siempre ponen cuando el artista está en barbecho.
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