"Everybody's talkin'" es una canción que siempre ha estado ahí, no puedo recordar exactamente cuándo llegó a clavarse en mi cabeza, pero parece tan longeva como mi mano derecha al final del brazo. Sabía que pertenecía a la banda sonora de "Midnight cowboy", película que he ignorado hasta hace un par de meses y que era una suave melodía comandada por una guitarra acústica. La voz de ese hombre me cautivó, me pareció impresionante esos gorgoritos del final, esa magnificencia para interpretar con tan asombrosa facilidad. Poco sabía por entonces del padre de Angelina Jolie, de "Everybody's talkin'" y de Nilsson.
Algún tiempo después descubrí en el recopilatorio "Noches de blanco satén" otra canción suya, "Without you". Una balada de las que te dejan sin respiración. Sencilla, concisa y arrebatadora. Curiosamente hoy descubro que la canción no era original suya, sino de un grupo llamado Badfinger, pero que no fue hasta que Nilsson la interpretó que llegó a popularizarse. Sabemos que para refrescar la memoria a nuevas generaciones, Mariah Carey la cantó con éxito allá por los 90, versión que se queda ridícula ante la genialidad de Nilsson. Esta canción fue escrita por Pete Ham y Tom Evans y ofrecida en primer término a Badfinger, grupo que realizó una primera versión oscura y más brusca que sus predecesoras. Leo también con asombro que los autores de esta canción, que querían que su amante supiera que no podían vivir si la vida es sin su amor, acabaron suicidándose después. Qué giros da la vida.
Todo este interés repentino por alguien como Harry Nilsson, que triunfó moderadamente a finales de los 60 y principios de los 70 me lo ha provocado un artículo sobre artistas que parecía que despuntaban alto pero que se han quedado enterradas en los anagramas de la música, y en donde se recuerda la figura de Nilsson.
Interesante la vida de este americano de Brooklyn nacido en 1941 al que le abandonó su padre a la tierna edad de 3 años y la supervivencia de su familia le hizo moverse de domicilio en continuas ocasiones, y con continuos padrastros, lo que le convirtió en miembro de familia numerosa con varios hermanastros. Extensamente hablan sobre su vida en este enlace de la wikipedia:
http://en.wikipedia.org/wiki/Harry_Nilsson
Empezó su lista de más de veinte discos publicados en 1962, pero hasta 1969 no le llegó su éxito en los charts, con su album "Harry" y la canción "I Guess the Lord Must Be in New York City", en principio ideada para la OST de Midnight Cowboy.
Prolífico donde los haya, publicó discos para películas animadas, junto al compositor Randy Newman, el director de orquesta Gordon Jerkins, también hizo algún musical y un sinfin de anécdotas que le hicieron apartarse de la música comercial para querer ser lo que quería, una mente incorfonmista que alteraba radicalmente el curso de su carrera a la pequeña oportunidad que se le presentaba.
Conoció a John Lennon en una de las épocas en las que el Beatle estuvo separado de Yoko Ono, compartieron fines de semana en California de juergas y acabaron grabando un tema juntos, "Dirt road", que aparece en el album "Walls and bridges", de John Lennon.
Anécdotico también resulta el piso que Nilsson tenía en Londres, por Mayfair, un piso donde Harry pasó varios años de su vida pero que a menudo ofrecía como hospedaje a amigos del mundillo de la música mientras visitaban la capital inglesa. Allí falleció de un ataque al corazón, uno de los cantantes del grupo Mamas & The Papas, Cass Elliot, en 1974. En 1978, el batería de The Who llamado Keith Moon murió de sobredosis de un fármaco utilizado para anular la apetencia de alcohol. Después de estos incidentes, obviamente Nilsson se apresuró para intentar vender el piso, el cual lo vendió a Pete Townshead, que no debería ser muy supersticioso.
Ganó incluso 2 grammys en su momento glorioso de su trayectoria, pero el éxito fue efímero y fue así porque él lo quiso. Siguió editando discos, los que a él se le antojaban y tuvo serios problemas financieros que le hicieron perder toda su fortuna a principios de los 90, hasta que en 1994 tuvo un fallo cardíaco y falleció, casi en la miseria, dejando seis hijos y una viuda, de su tercer matrimonio.
Menuda vida la de este hombre que siguió a pies juntillas lo que decía en el tema "Everybody's talkin'". No me importa lo que digan de mí.
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