Hay discos que pasan corriendo sobre la tierra, apenas posándose sobre la superficie el tiempo justo y dar otro paso, precipitado, para alejarse con celeridad y olvidar todo rastro del terreno recorrido.
Después tenemos los pocos albums que quedan grabados a fuego en nuestro cerebro, que no sólo escarvan, crean surcos y dejan sedimentos. De su semilla nace algo inquebrantable que nada podrá arrebatarlo.
"The battle for everything" es por mucho, la mejor obra de John Ondrasik, la cabeza visible del proyecto Five for Fighting. Composiciones más inspiradas, llenas de matices y complejidad. Humanidad, desesperación, reflexiones, confesiones, luchas, presguntas sin resolver… una especie de cuaderno de bitácora donde se alcanzan cotas altísimas que ninguno de sus discos, anteriores o posteriores, hasta ahora ha podido llegar.
Uno de esos discos fetiche que siempre me ha acompañado, atemporal, incansable y divertido que te hace plantearte cuestiones sobre la vida, que pocos artistas se atreven a cuestionar con tanto ingenio.
Doce canciones que exhalan belleza y dedicación, perfectas hasta su última nota, con la música precisa y la voz de John más afectada que nunca.
Sólo así me explico porque cada vez que escucho "Nobody" el corazón se me encoja y me entren unas ganas irreflenables de sollozar, en el colofón más certero que pueda tener un disco.
Después tenemos los pocos albums que quedan grabados a fuego en nuestro cerebro, que no sólo escarvan, crean surcos y dejan sedimentos. De su semilla nace algo inquebrantable que nada podrá arrebatarlo.
"The battle for everything" es por mucho, la mejor obra de John Ondrasik, la cabeza visible del proyecto Five for Fighting. Composiciones más inspiradas, llenas de matices y complejidad. Humanidad, desesperación, reflexiones, confesiones, luchas, presguntas sin resolver… una especie de cuaderno de bitácora donde se alcanzan cotas altísimas que ninguno de sus discos, anteriores o posteriores, hasta ahora ha podido llegar.
Uno de esos discos fetiche que siempre me ha acompañado, atemporal, incansable y divertido que te hace plantearte cuestiones sobre la vida, que pocos artistas se atreven a cuestionar con tanto ingenio.
Doce canciones que exhalan belleza y dedicación, perfectas hasta su última nota, con la música precisa y la voz de John más afectada que nunca.
Sólo así me explico porque cada vez que escucho "Nobody" el corazón se me encoja y me entren unas ganas irreflenables de sollozar, en el colofón más certero que pueda tener un disco.
1. NYC Weather report:
Apasionante canción de comienzo suave, sutil que agarra velocidad e intensidad según avanzan los segundos. Un tema que habla sobre la gente, la gente que espera cosas de la gente, los perdedores, los charlatanes, los exigentes… todo ello en el mejor marco posible, una de las ciudades más populosas del mundo, New York.
"You"re not cute but you"re oh so pretty", esboza la voz de John sonando a alabanza entre líneas, para finalmente acabar admitiendo que muchas veces más vale no darle vueltas a las cosas y concentrarnos en lo que tenemos delante. La vida es como es y aunque haya cosas que nos molesten, poco podemos hacer para cambiarlo.
"Gotta get away from what I"m drinking... so I"ll take another one", reconoce después de tanta reflexión freudiana.
2. The devil in the wishing well:
Segundo single del album. Composición sublime cuyo significado es muy personal. En principio, conoce a Jane en el centro de la tierra y ésta le lleva hasta el mismo diablo, que le espera en un hotel.
Trataría sobre la humanización de la figura del diablo, que sólo quiere que alguien comprenda su posición y el sufrimiento que encadena el mundo a sus expensas, pero no de una manera premeditada. "Like everybody else he's misunderstood".
Pienso que no fue una correcta decisión como segundo single. La letra es demasiado retorcida y quizás, algo pretenciosa, que necesita de muchas escuchas para poder apreciar el tema y su estribillo no cuenta con el gancho que debería tener un single potencial en la radio.
El video de la canción:
3. If God made you:
Una de las dos mejores canciones del album. El juego de la voz y la guitarra en el chorus me ha fascinado siempre. John la interpreta en su mayor parte en falsete, en ese falsete tan emocional que despliega con gracia y acierto. "Something inside me says, there's somewhere better than this". Esta frase me ha acompañado en muchos momentos de la vida, en donde, obviamente, las cosas no iban todo lo bien que uno podría esperar. Resalto de nuevo, esa melodía embriagadora y la voz de John, en una producción rica en instrumentación que incluye hasta castañuelas en el bridge.
"If God made you, then he"s in love with me". Sensacional.
4. 100 years:
El primer single del album. En USA cosechó mucho éxito y fue muy popular entre la gente. Sin ir más lejos, en Youtube puedes encontrar a decenas de personas interpretándola a piano. Un análisis sobre el paso del tiempo, las expectativas que surgen en cada edad, la sucesión de acontecimientos, la locura de la adolescencia, la cordura de la etapa adulta, como todo pasa como el parpadeo de un ojo "Another blink of an eye". Una canción de las que llegan y cuyo mensaje positivo y sincero provocó grandes reacciones en el mercado. "Everyday is a new day". Qué lógico pero cuantas veces lo olvidamos.
El video de la canción:
5. Angels & girlfriends:
Este tema es el que más recuerda la etapa anterior de FFF. Se podría englobar perfectamente en el album "America town", pero líricamente goza de ese saludable estado que es común en todas las canciones de este album.
Asentado en una armónica, este tema de aire playeros, muy Beach Boys o The Eagles es una de las melodías más accesibles del disco.
6. Dying:
Le costó, no me entraba ni a la de tres. Me parecía aburrida, sosa y plomiza. Con el paso del tiempo, este testamento de valores para superar una relación que cuesta olvidar, me fue ganando, sobre todo por la interpretación, muy sentida y afligida.
7. Infidel:
Otra canción enorme, la más uptempo del disco. John nos ofrece otra variedad de interpetación, más rocky, menos nasal. Otra vez, una producción impresionante, una letra que habla de vírgenes, ángeles, Dios, pero catastróficamente. Iremediablemente el cielo se caerá sobre nosotros algún día y todo será una locura.
Hay un guiño incluso al tema "Nobody", usando un extracto del tema.
8. Disneyland:
Un tema que en USA gustó mucho. Mezclando un mundo de fantasía con una melodía alegre, esta canción quizás sea de las más pegadizas de este disco. Mención de nuevo a los Lakers, su canción Superman, a Peter Pan.
Recuerda "Es un día hermoso cuando te despiertas en Disneyland". Canción para evadirse de la realidad, perfecto contrapunto a tanta bofetada de realidad que nos ofrecen otras canciones del album.
9. Maybe I:
Nada está tan claro como puede parecer. Quizás yo… refleja esa sensación dubitativa que a todos nos asalta alguna vez. Queremos alcanzar objetivos pero no nos vemos del todo capaces. Lo que queda por decir, donde nos situamos, a qué aspiramos.
Un estribillo a dos voces precioso y una guitarra que certeramente apunta la canción en todo su desarrollo.
10. The taste:
El tema más singular del disco, muy operístico, bizarro y extravagente. En su estructura recordará a canciones anteriores de FFF.
"I will be a happy man if you're my sacred son", grita desesperadamente en el estribillo, y más ansiosamente denota "And all the children started singing" con nota fuera de tono incluído. La canción que más puede recordarnos a Elton John, artista al que siempre se le ha comparado.
11. One more for love:
Un medio tiempo antes de la gran exaltación final. Aquí incluso podemos escuchar a un tenor sonando durante el estribillo, atonizándonos con un "One more for love" sacado de las entrañas. Otra melodía redonda, con un aire gospeliano.
Esta canción parece que chupa más de pianistas como Tori Amos. Preciosa producción vocal.
12. Nobody:
La mejor. El mejor tema de toda su carrera. Quítate los zapatos, quítate todo tú, porque no soy nadie sin ti, compañero. Qué desesperación, qué impotencia. Una composición de órdago, una interpretación exhultante, una melodía hipnotizante, unas cuerdas que provocan espasmos. Todo en "Nobody" roza la perfección. Una alegoría a la vida desde la muerte, como en "A dos metros bajo tierra".
A veces lo bueno es mejor que lo malo. Siempre que llegue…
Desgranar un disco siempre es más sencillo cuando uno lo ha oído tropecientas veces, como es mi caso con esta batalla por todas las cosas.
No peleemos por todo, conformémonos con metas más alcanzables, porque el cielo se caerá de un momento a otro, tendremos que entrevistarnos con el diablo y ver que no es como nos lo han pintado, el amor tendrá su momento en todos nosotros y que los años pasarán inexorablemente y que cuando queramos reaccionar será demasiado lejos.
10/10
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