
En
este artículo Promusicae, lo que era el antiguo AFYVE, publica las desastrosas cifras de ventas que se producen en nuestro país.
Comentan que las ventas han registrado una bajada acumulada del 18,69% en lo que va de año respecto al mismo periodo del ejercicio anterior y si ya nos ponemos a comparar con años anteriores la situación es alarmante.
En lo que llevamos de año, el volumen de ventas ha supuesto un 62,5 millones de euros mientras que en el 2008, en el mismo periodo, supuso 125,5 millones.
Las cifras hablan por sí solas y auguran un futuro trágico al sector, aunque irónicamente hoy por hoy se produce más música que nunca gracias a las facilidades de distribución que propone la red. Y es esa misma red, un arma de doble filo, la que provoca el deshinchamiento en las ventas, ya que nos estamos acostumbrando a descargar música gratuitamente sin aportar dinero por su obtención.
Análogamente, las ventas digitales siguen subiendo, no a la misma velocidad, pero ahí siguen, y suscripciones a programas streaming de música, tipo Spotify, se han disparado un 303%.
Estamos perdiendo el valor tangible del compact disc, o del vinilo o el formato que prefiráis. Hacernos con un mp3 es suficiente para muchos de nosotros y otros valores que acompañan a la música están desapareciendo.
Ya a nadie parece importarle comprar un disco por el contenido de un libreto, por saber que la calidad que le ofrece el cd va a ser la mejor que se pueda encontrar, por escuchar música en equipos de alta fidelidad. Las últimas generaciones están mostrando una falta de apego impresionante al formato físico y tristemente, pocos nos compramos los cds originales.
La bajada de las ventas se ha podido producir por varios factores:
1) La música original es cara. En España, comprarte un cd de novedad ronda entre 10 euros (que serán los de más tirada) a los 20 euros (cds de importación que puedes encontrar en FNAC, siendo esta etiqueta demasiado utilizada por esta compañía).
Con la dichosa y omnipresente crisis, la gente prefiere obtener algo gratuitamente que comprándolo, porque no está la situación para gastar por gastar.
Solución: Que las compañias se ajusten los cinturones y que bajen el precio medio del cd. En ningún caso debería superar los 10 euros.
2) No hay donde comprar música. Las tiendas de discos han desaparecido a un ritmo vertiginoso y en las grandes superficies que se podía encontrar discos, tipo Carrefour, Alcampo, Media Markt o El Corte Inglés, la sección de música la van reduciendo hasta que en todos estos centros, como mucho, puedes encontrar un sólo estante con unas 100 unidades en total. De esas unidades, lo único que ofrecen son los discos más vendidos, siendo así la oferta muy limitada, pero si quieres algo que no sea mainstream de los 40 Principales, te las vas a ver canutas para encontrarlo.
Solución: Con la bajada de precios, se podría considerar ampliar de nuevo estas secciones, se revitalizaría el mercado y los empresarios se podrían cuestionar abrir nuevas tiendas.
3) Las tiendas virtuales se están llevando la palma. No precisamente las españolas, que ofrecen similares altos precios que los que hay en las tiendas, sino las extranjeras, mucho más competitivos. Tiendas virtuales como play.com o cdwow ofrecen precios muy económicos y sin gastos de envío. La pega es que el mercado español no tiene cabida aquí. Si quieres comprar un disco de un artista internacional lo mejor es chequear estos portales, pues el ahorro es sustancioso. Lo irónico de la situación es que estas tiendas, en su mayoría proceden del Reino Unido, donde la renta per cápita es superior a la española y para los que comprarse un cd no supone ninguna inversión caprichosa, sino todo lo contrario. Son precios competentes que disipan las dudas entre comprarlo o no: -Sólo me cuesta 7 euros, ¿qué son 7 euros para un inglés?
Solución: Crear tiendas virtuales en España con precios al alcance de todos y que apoyen mayormente el producto nacional.
4) La piratería a pie de calle sigue. Aún nos encontramos con extranjeros vendiendo en soportes grabados de ínfima calidad los compactos y películas de moda, incluso de películas que se están exponiendo en el cine. Todos hemos comprado alguno y todos nos hemos encontrado con discos que no funcionan, que suenan fatal o que nos lo han colado por uno del Fary. No podemos reclamar. El top manta sigue siendo una constante en las calles del país y la policía parece que tiene un acuerdo tácito con ellos, pues si no, no se explica que te los puedas encontrar en la mitad de las calles más importantes del país.
Solución: Más autoridad policial tanto para el que vende como para el que compra. Sanciones.
5) La distribución musical apenas es visible. Internet se está llevando la palma, pues nuestros añorados programas televisivos donde se emitían videos o actuaciones en directo han desaparecido. Programas como Rockopop o Tocata ahora no tienen cabida en la parrilla nacional. La desaparición del gran canal de música FlyMusic era una estupenda plataforma para dar a conocer el trabajo de artistas nacionales y muchos de ellos hicieron un nombre gracias a sus constantes exposiciones en el canal, que desapareció y en su lugar pusieron el Disney Channel, más lucrativo por lo que parece. Aún nos queda Kiss TV, pero no es lo mismo.
Solución: Más presencia en la TV, menos telebasura o crónica social y más visibilidad a la música, la cual sólo se puede apreciar en programas a deshoras y con formatos alternativos poco atractivos.
6) La radio ya no manda. Si antes la música que sonara en la radio era la que marcaba el ritmo en las ventas, ahora es algo anecdótico. Cadenas como los 40 principales o Europa FM, que solían ser las que llevaban las riendas, ahora se dejan llevar por las tendencias que se escuchan en la red. Apenas apuestan por el producto nacional y el que ofrecen es el más mainstream que se puedan permitir. La radio ahora mismo es una marioneta que se mueve por influencias ajenas y la televisión es la que lleva el mando. Hay más posibilidades de que algo triunfe si tu canción suena en una serie o en un anuncio que si la radian 1000 veces en una semana en un canal de moda.
Solución: La radio debería de apostar, seguir sus instintos y dejarse de "si pagas te lo pongo". Obviamente, de eso viven, pero no nos explicamos cómo antes tenían cabida muchos más estilos y ahora se basan en lo más sumamente comercial. Desconocemos su sistema de tarifas, pero por lo que sea, deberían hacer algo que permita que pequeñas compañias puedan radiar las canciones de sus artistas. Sería mucho más variado y la emisora ganaría notoriedad.
7) Concienciar. Está muy bien eso de que te bajes un disco, incluso antes de que salga a la venta, pero debemos saber que detrás de esa obra hay involucrada mucha gente que ha hecho una inversión y que esperan beneficios. Qué menos que si algo que te has descargado te ha gustado, más adelante te hagas con tu copia original y así apoyas al artista. O acudiendo a los conciertos. Lo bueno de Internet es que muchos artistas se hacen un nombre en la red y consiguen mover a la gente de las sillas del ordenador para que vayan a verles a las salas. Nadie se habrá comprado el disco, pero al menos están aportando algo a los directos. Es lo más positivo de la situación actual: la cantidad de festivales que se están realizando y la amplia gama de conciertos que se pueden disfrutar.
Solución: Si un disco que te has bajado te ha gustado, que seguro que te habrá pasado muchas veces, te lo puedes comprar. ¿Que no te quieres gastar 12 euros en un cd? Hay más alternativas, busca las tiendas virtuales como las que antes he mencionado (y podría añadir más: hmv y ebay como opciones) y seguro que por mucho menos te puedes hacer con tu copia original, que de seguro el hecho de que tengas las letras, conozcas a los autores, veas las fotos del libreto y las muchas sorpresas que están acompañando los cds (contenidos exclusivos, dvds adicionales) harán que ese disco que tanto te ha enganchado te acabe deleitando por todos los sentidos. La música no sólo entra por los oídos.