22 de Diciembre. Hoy es el día de la suerte. Se supone.
Otro años más, no he comprado lotería para el Sorteo de Navidad. Otro año más, evitaré poner la televisión en las horas de los telediarios para no ver las felices caras con ojos desorbitados de los agraciados a los que les ha tocado un pastizal, mientras descorchan champán y se lo echan por encima. Me alegro por ellos, sinceramente, pero no me parece nada interesante, es más, me aburre siempre ver las mismas coletillas de "lo afortunados que hemos sido", "qué bien nos viene el dinero", y "todavía no me lo puedo creer". Todos los años lo mismo. Como decía tan elocuentemente el personaje de Antonio de la Torre en "Gordos": "Qué pereza, señor".
Yo soy de los que compran lotería con cierta regularidad, no os vayáis a pensar que no me gusta. Lo que pasa es que me repatalea seguir al sistema, y es que casi todo el mundo está como loco por hacerse con un boleto del sorteo de Navidad. Gente que nunca apuesta nada, ahí los tienes haciendo cola en Doña Manolita, como autómatas. Pero, ¿por qué narices tu día afortunado va a ser el 22 de Diciembre y no cualquier otro día? ¿Es que tienes más posibilidades o qué pasa? De acuerdo en que el premio es de los más suculentos del año, no te sabría decir si es el que más, pero hay una cosa clara. Tienes las mismas opciones que cualquier otro día del año. ¿Qué pasa, que si no tengo ni un número de lotería ya soy un raro y un inconformista? Pues podría ser, yo soy más feliz comprando un décimo para cualquier sábado o echando mi Bono Loto semanal, pero el Sorteo de Navidad lo tengo atravesado.
Tengo atravesadas las mismas paparruchadas que sueltan los ganadores sobre cuánto les va a cambiar su vida, atravesada la casi obligación de tener que comprar un boleto en tu empresa, sino te miran con la ceja arqueada, el atosigamiento televisivo que se nos avecina en el día de hoy. Puff... menos mal que sólo va a ser un día y con poner el canal de National Geographic a la hora de comer, la única media hora que veo la caja tonta, vamos servidos.
Aunque en época de crisis, ese eufemismo al que se acogen las empresas pudientes para no subir los sueldos, se agradece que te toque lo que llaman un pellizquito, pero la dicha tiene muchos varientes y como se sabe, el dinero no da la felicidad, aunque todo sea más fácil con los bolsillos llenos.
Para todos aquellos otros afortunados de amor, de salud, de bienestar, que aunque pobres estén contentos, va esta canción de Vertical Horizon, "The lucky one", de su espléndido nuevo álbum:
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1 comentario:
Como todos los años, sigo siendo pobre (20 € más que esta mañana), así que me quedo con el tema de Vertical Horizon para disfrutar del día.
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