Cassettes - Belinda Carlisle "Heaven on earth"

Qué fechas de engullir y dormir, como cerdos todo el día. Pasadas parte de las fiestas navideñas y la consecuente Nochebuena con la familia en las afueras, lejos de casa y sin Internet, volvemos al tajo bloguero estrenando sección.

Vamos a repasar entrañablemente de vez en cuando alguno de los muchísimos cassettes que todavía tengo en casa y que espero que continúen por mucho tiempo, los cuales conservo y quiero como pequeños hijos, todos con sus anécdotas y sus historias. Y es todo lo que me transmiten lo que quiero compartir con vosotros. Con ellos empecé a amar la música y son parte de mi vida. Cuando todavía se concebía la música con su cara A y su cara B y lo importantes que eran las canciones que concluían y empezaban cada cara. Qué rabia daba cuando se quedaba trabada la cinta en tu reproductor y una muesca te había fastidiado el sonido de por vida, por más que la estirabas con esmero. O cuando se te rompía accidentalmente y con celofán buenamente conseguías reestablecer el curso de la cinta. Cuántas grabaciones, el comienzo de la piratería, habremos podido hacer en TDKs de 45, 60, 90 o las más inusuales 120.

La única pega era la mini portada que te ofrecían. Una versión reducida de hermosas fotos que sin embargo podías contemplar en todo su esplendor en los vinilos. El cassette ofrecía más longevidad que los discos y muchos grabábamos nada más comprar uno, una copia de seguridad en cassette porque sabíamos que enseguida iban a sonar chasquiditos con el paso de las reproducciones.

El cassette era portátil y cómodo, cabía en cualquier lado y era un sistema fiable, pero el potente compact disc acabó asesinándolo y dejándolo como lo que es ahora: una reliquia.

Eso sí, el compact disc ya tiene verdugo y también resultará muerto en unos pocos años. Tiempo al tiempo.


Empezamos esta sección con uno de mis queridos cassettes, el famoso disco "Heaven on earth" de la guapísima Belinda Carlisle.

Todavía recuerdo lo que sentí la primera vez que escuché "La Luna", mi primer acercamiento y presentación con la ex cantante de las Go Go's. Tenía poco más de 12 años y esas canciones iluminaron mi vida como nada igual. "La luna" era mágica y sensual, cautivadora y hermosa. Debido a mi corta edad y al difícil acceso a la información, por aquel entonces no sabía que Belinda ya era una artista consolidada que había triunfado con un éxito desmedido como "Heaven is a place on earth". Gracias a los cassettes en oferta del FNAC de Callao, que fue donde lo compré, varios años después pude comprarme la obra predecesora, "Heaven on earth".

Aunque hoy por hoy no lo puedo situar entre mis favoritos, guardo un grato recuerdo de todas las piezas que se iban desenrollando de las bovinas de mi cassette. Sin haberlo vivido, fui consciente de que "Heaven is a place on earth" o "Circle in the sand" tuvieron que haber sido exitazos colosales como se siente en cada nota que suena. No lo veía tan claro con las composiciones que se incluían de Dianne Warren. "I get weak" y "World without you" sabia que habían sido sencillos porque estaban incluídos en el recopilatorio que la californiana había publicado antes de que yo me hiciera con este cassette. Me parecían extrañas, unas vecinas incómodas que no formaban un pieza homogéneo junto a las creacciones de Rick Nowels o Charlotte Caffey, compañera de Belinda en The Go Go's. El paso del tiempo me ha hecho apreciarlas como los clásicos que son, pero la chispa y encanto que se respiraban en "Nobody owns me" (la guitarrera del disco) o "I feel free" (versión de David Bowie) no era tan evidente, incluso era inexistente, en las aportaciones que Dianne había hecho al álbum.



Como podéis ver, el papel (como yo lo llamaba) del cassette era sencillo. Dos fotos de una Belinda jovencísima y las letras. Para qué más. Producido por Rick Nowels, como aparecía escrito en varias partes, fue de las primeras cosillas que el aclamado productor realizó, todavía en activo e inspirado.

El pop energético que Belinda ofrecía sigue siendo palpable en muchos de los artistas de hoy en día. Como bien apuntaba un lector del blog, "We are golden" de Mika suena sospechosamente parecida al "Heaven is a place on earth", que por cierto, fue el único número 1 en USA para Belinda. También comprobamos como Avril Lavigne o The Veronicas, por citar a algunos, parecen haberse escuchado alguno de los discos de la californiana antes de liarse a escribir.



Un cassette entrañable que terminaba con la balada de turno, el broche que todos esperábamos. "Love never dies", una composición a tres bandas incluyendo a Nowels que es de las que peor ha pasado el inexorable paso de los años, sonando algo anticuada con sus arreglos de teclado Casio en donde debería sonar una sección de cuerda.

Entre los músicos, un omnipresente Mike Landau a las guitarras (¿cuántas veces habré podido leer su nombre en créditos?), un percusionista de renombre Paulinho DaCosta o un todavía guerrero Tim Pierce añadiendo también guitarras.

Para terminar, os invito a volver a los 80 y disfrutar con este "Nobody owns me", quizás su tema más rockero. Algo así como Bon Jovi en femenino, dijo una vez un compañero mío de colegio que se llamaba Raúl Herrera.