En un cd recopilatorio que incluía THE WORD meses atrás, venía una canción muy resultona del dúo inglés Smoke Fairies, la cual pertenecía a uno de los varios EPs que publicaron antes de dar el gran salto al LP y vestirse de largo.
Recientemente se ha publicado “Through low lights and trees” (V2, Nuevos Medios), y en alguna tienda de España también debe estar a la venta, en alguna estantería, al final, cogiendo polvo (estoy pensando en el FNAC, con una pegatina roñosa de 22 euros).
Voces cristalinas salidas de conservatorio (y si no han pisado uno ni falta que les hace) es la característica más sobresaliente de Katherine Blamire y Jessica Davies, estas dos chicas de Sussex que se conocieron en el colegio y que compartían una ferviente admiración por los discos de rock de los 70. Hasta que descubrieron el folk de su isla, y todo varió unos cuantos grados de dirección. Se palpa aún el sonido americano de un blues que no arranca, pero más evidente es ese folk con el que pintan todas sus composiciones, perfectamente interpretadas.
Es esa perfección la que critican en la Revista Go MAG, en una reciente revisión que han hecho a su álbum, por lo demás, no dejan de ser unos nombres más a rellenar un abultado saco donde nombres como Laura Marling ya lucen con luz propia.
Aquí va la review:
Katherine Blamire y Jessica Davies ya publicaron el año pasado una recopilación de los singles que les habían dado a conocer en la escena folk, incluido uno editado en el sello de Jack White, Third Man. Su primer larga duración es una confirmación de lo apuntado: folk de raíces británicas realizado con delicadeza y sensibilidad, con espejos en Sandy Denny, Pentangle, o de manera más actual, Espers. Pero cuando mejor funciona el disco es cuando se salen del guión, como en ese hálito del Tom Waits más romántico que es “Dragon”, la suciedad de “Erie Lickwawanna” o el aroma fronterizo de “Strange moon rising”, dando al sonido del grupo una mayor complejidad y alejándolo del mero papel de escribas del estilo. Como pero, su pulida técnica vocal acaba cansando al final del disco, entre gorgoritos y armonías. En cualquier caso, buenos apuntes y un nuevo nombre que anotar para la hiperpoblada escena folk.
Jesús Sáez.
"Living with ghosts":
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