"The fat of the land" supuso un revulsivo en los charts durante 1997. La banda The Prodigy llevaba meses dando la nota con canciones que levantaban huracanes de polémica y videos corrosivos repletos de sexo, drogas y violencia.
Hasta que el disco salió a la calle, el 30 de Junio de 1997, con esa portada en la que se ve un cangrejo que parece estar haciendo un corte de mangas, varias canciones ya se habían dado a conocer.
Lo irónico es que aunque todos recordemos el "Smack my bitch up", quizás por el escandaloso clip que lo acompañaba más que por la canción, fueron "Firestarter" y "Breathe", primer y segundo sencillo respectivamente, los que provocaron la polvareda en el Reino Unido y ampliaron dominios por Europa, sobre todo por los países nórdicos donde gusta con ganas lo gótico.
Liam Howlett, personaje non grato en los medios, por su exceso de piercings, tatuajes explicaba que "Firestarter" no era una canción, era una exposición de energía. Para el tema, que se dió a conocer en marzo de 1996, más de un año antes de que saliera el disco a la calle, se grabó un clip en blanco y negro en el túnel de un tren en desuso cerca de Londres, en la estación de Aldwych.
Las voces más conservadoras pronto sonaron: las pintas de Liam estaban aterrorizando a todos los criós británicos y los canales de televisión empezaron a banear el clip.
Como resultado, número 1 en UK, Noruega y Finlandia. Top20 por toda Europa.
"Breathe" corrió una suerte similar, sonando si cabe con más fuerza en USA.
El disco se haría de rogar hasta pisar las calles en Junio de 1997, y la archiconocida "Smack my bitch up" estallaría como una bomba en el planeta. Mujeres maltratadas, consumo de drogas, conducción temeraria, prostitución, exhibición, vómitos en la calle, vejaciones... si ya de por sí la canción no era precisamente una oda a la vida y al amor, el video terminó de aclarar cualquier interpretación vaga que se le pudiera dar.
Liam pedía al público que le quitaran hierro al asunto, "La letra no dice nada, es sólo una chorrada". "No me río de la idea de que haya gente que pegue a las mujeres, lo que me gusta es la confusión y el peligro que hay detrás de la canción".
Vamos, que el chico estaría disfrutando con las varias lecturas que podemos extraer de la canción, aunque haya una que sea la más evidente y que él pretenda eludir.
"Smack my bitch up" sólo fue #8 en UK, aunque el tiempo la haya situado como su tema bandera, su gran himno.
Para terminar un buen año de cosecha, en 1998 ganaron el brit al mejor grupo Dance, quitándoselo a sus máximos competidores por aquella época, The Chemical Brothers.
Como anécdota que merece la pena recuperar, una que les ocurrió en Agosto de 1998.
The Prodigy eran los invitados especiales del Reading Festival junto a Beastie Boys, que eran los cabezas de cartel. Los Beastie, que precisamente no cantan nanas, les pidieron que por favor se abstuvieran de cantar "Smack my bitch up", que la dejaran fuera del set. The Prodigy no sólo pasaron de sus peticiones sino que cuando la fueron a cantar, Maxim Reality, uno de los miembros de la banda, dijo al micrófono: "Ellos no querían que tocásemos este jodido tema. Pero así son las cosas y hago lo que me sale de los cojones".
"Smack my bitch up", uno de los video clips más recordados de la historia:
