lunes, 24 de enero de 2011

The National - Segundo disco del año para Go Mag



Si aún no has escuchado "High violet" de The National, no sé a qué estás esperando. Te lo agradecerá tu salud, tu familia, tus amigos, la vida será más hermosa. Ha sido uno de mis principales durante el 2010 (me lo acabé comprando en su edición doble a un precio de risa) y promete persistir en este año. Perdí la cuenta de las veces que lo he reproducido y aún con esas sigo descubriendo detalles nuevos que me sorprenden, sobre todo después de haber conseguido las letras, que no se incluyen en el CD.

Los de Go Mag lo han puesto en sus repasos de lo mejorcito del 2010 más alto que ningún otro medio. Sólo superado por Four Tet, incluyen una breve descripción de Albert Fernández que parece que estaba colocado de LSD cuando la escribió. Ni Lucía Etxebarría en sus más pastelosas líneas podría haber empezado esta minirevisión de forma más pedante y exagerada. Parece que hay mucho escritor frustrado al que no le queda otra que expresar su creatividad en una reseña musical.

Ahí va:

Las sábanas se vician y despiertas entre arañas. Cada noche la misma pose intacta, porque te ronda algo helado que no sabes describir, y te mantienes siempre del mismo lado de la cama. "High violet" retumba en el reproductor según te calzas las zapatillas, sin más aspiraciones que el café. El día es demasiado claro como para salir, y piensas que no puede haber nada impostado en esa nítida transmisión de dolor que te llega con "Afraid of everyone", que, ayudado por los arreglos de Sufjan Stevens, acaba por volver veloz el tránsito de las nubes y te empuja a refigiarte de nuevo en la cama, tanto más extraña como el día ya en marcha. Acostado, dándole la espalda, piensas que éste es uno de esos discos que no podrían aburrir o dejar indiferentes a nadie, aunque sabes que es muy probable que algunos caigan en un tedio incomprensible bajo los compases prolongados y grandilocuentes de "Little faith" o "Lemonworld". Pero a ti escuchar eso te duele de veras, te está jodiendo, está claro. En el centro de la ciudad, la gente se asusta, mientras sobre tu cabeza da comienzo la terrible danza de las gárgolas inmóviles, y la conjura definitiva de "Vanderlyle crybaby geeks" entierra las últimas notas de esta ceremonia llorona y lánguida. Ante un pozo tan profundo, te quedas sin saber dónde mirar.

Leer esta crítica produce miedo. Según parece, sólo los seres depresivos y solitarios, que no se enfrentan a sus pesadillas, son los que podrían disfrutar de este disco. Craso error.
"High violet" no es que sea una comedia desternillante, pero dispone de la suficiente ironía como para no tomarse tan a pecho las palabras embadurnadas con pesar que pronuncia Matt Berninger. Sí que sus texturas nos evocan telarañas y grandes ciudades (las menciones a ellas durante el disco son sucesivas): Nueva York, Los Angeles, Ohio, Londres... Matt quiere situarnos en espacio y lugar, y si le apetece, se pone a cantar desde una catedral en Los Angeles.

No es un disco que duela, es un disco que cura heridas, más bien. Y si se les ha ido la mano en el dramatismo, lo arreglan con el "Vanderlyle..." y ese aura salvavidas que tiene, "Se lo explicaré todo a los idiotas".

¿Qué canción podría rescatar de "High violet"? A "Lemonworld" recuerdo no haberle prestado mucha atención, y ahora me apasiona, según comienza con su guitarra distorsionado emulando un motor de coche que no acaba de arrancar, y que cuando lo consigue lo acampaña todo el juego de luces, turbinas, batería y demás que es lo que forma la banda.

"So happy I was invited" es la frase inicial. Y así me gustaría hacer contigo, invitarte al "High violet". No te preocupes que no necesitarás Prozac.

PD: Sufjan Steven sólo colabora en los coros de "Afraid of everyone". No aporta más.

2 comentarios:

Juanjo Mestre dijo...

Sin duda para mí también uno de los discos más brillantes del 2010.

Por lo que veo, vas a velocidad de vertigo publicando. Saludos.

archer dijo...

Gracias, publico según voy de tiempo. Habrá días que esté "cerrado por vacaciones", pero si dispongo de tiempo, sin duda, a tope.

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