Cinco años le han hecho falta a Helena Costas para sentir la certeza de que "The Last Laugh", su disco debut, estaba preparado para ver la luz del exterior.
En todo ese tiempo Helena ha trabajado a distancia con Danger Mouse, el alias de Brian Burton. Ella le enviaba canciones y él las seleccinaba. Ella tocaba la guitarra, el violín, los teclados, la voz y el buzuki (intrumento tradicional griego) y él los remataba añadiendo más instrumentación o llamando a colegas como Mark Linkous de Sparklehorse o a Daniel Luppi para los omnipresentes arreglos de cuerda que se aprecian en toda la producción.
Esta colaboración virtual, en la que la chica es la cara visible del dúo y Brian pone la fama como Danger Mouse, ha dado unos frutos abigarrados con sabor a psicodelia campestre ricos en imágenes y efluvios del norte de Europa. Frutos que nacen en las mismas tierras que Regina Spektor, Aimee Mann, Hooverphonic y Beth Orton. Sin embargo, la autora menciona entre sus influencias (quizás para no resultar demasiado obvia) a Led Zeppelin, Radiohead, Mozart, The Beatles y algún nombre más universal que ha influenciado a varias generaciones de artistas.
Se aprecia sintonía con el acid folk inglés en capas de teatralidad, sobre todo en las representaciones que son "Chasing Ticking Cocodrile" o "The running goblin".
Helena realza la importancia de la melodía: "Para mí, si la melodía no se mueve suficientemente, empiezo a dudar. Tiene que ser lo más flexible posible. A veces puedo experimentar y añadir efectos en la voz, o cantar de manera diferente para lograr una mayor diversidad".
Algunos la acusan de carecer de dirección, diciendo que "The last laugh" es una boutade, una ocurrencia pasajera, un delirio incoherente. Ella se defiende: "Declaraciones como esa me hacen reír. ¿En qué dirección quieren que me mueva exactamente? Me gusta pensar que el disco va en diferentes direcciones y no en una en particular. Esto es lo que pretendo conseguir, algo que encaja con el título del álbum a la perfeccion".
En los sencillos extraídos, los cuales se han editado en clip con unas animaciones artesanales, podéis ver la magia de hadas y duendes que habita en la última risa de Joker's Daughter. Una vez dentro es imposible escapar.
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