martes, 16 de marzo de 2010
Florence + The Machine - Podemos sentirla
Cuando anoche llegué a casa después del concierto de Florence & The Machine en la sala Heineken, un ruido de tambores todavía sonaba en el interior de mi cabeza (drumming noise inside my head).
La energía que desprendía la solista fue repartida por toda la sala y el público terminó llevándosela consigo, como si de un souvenir se tratara. ¿Ha pasado un huracán pelirrojo descontrolado por delante de nuestros ojos o que ha sido eso?
Mi primera incursión en esta pequeña sala de la Calle Princesa me dejó un grato sabor de boca (aunque los 12 euros de un mini de cerveza duelen) y podemos asegurar que la acústica es decente y su diminutez hace que sin sufrir atosigamientos ni tener que pelearte por una buena posición, puedas ver al artista a unos escasos pocos metros.
Mientras degustábamos la cerveza a precio de oro, conversaba con Rufo y David, dos chicos seguidores de Muse que había conocido en la fila de las entradas. Probablemente nos veamos de nuevo en la actuación de Benjamin Biolay ;-) . Ninguno de los dos conocía muy bien a Florence, había llegado a ellos por recomendación ajena. "Viniendo de alguien que me aconsejó hace años ir a ver a The Strokes no puedo hacer otra cosa que fiarme", decía Rufo. Habían escuchado algún tema por el Spotify, pero no estaban seguros de lo que les esperaba sobre el escenario. Mientras confesábamos cómo Florence había llegado a nuestras vidas, una sucesión de extranjeros interminable (en su mayoría ingleses) se hacía con el recinto. Seguro que animados por el reducido precio (20 euros) y la proximidad que ofrece la sala, habían decidido seguir a su ídolo más allá de las islas.
La charla musical se producía con unos Sian Alice Group de fondo que fueron los teloneros. Tuvieron que ponerse a hacer ruidos ensordecedores para que la peña les hiciera caso, puesto que empezaron muy suaves, con sus singles, y claro, los demás estábamos haciéndonos al lugar, con nuestros litros y esas cosas.
Con 40 minutos de retraso y algunos pitos de fondo, apareció Florence Welch tras dejar paso a toda su banda. Una mata de pelo rojo cobrizo, una piel blanquecina cubierta por un sobrio vestido de tela negra como el que lucía Nicole Kidman en "Los Otros", pero con transparencias de más encaje en la parte inferior, por las piernas. Acorde con lo que ha es su estética, como sacada de una película de Ingmar Bergman.
Sin mediar palabra empezó a destriparnos su tema más Bat for Lashes, un "Howl" en donde aúlla con ganas, con todo lo que dan de sí sus pulmones. Perfecta en la voz, podemos decir que no se le fue una nota en ningún segundo, abriendo la boca de par en par, todo lo que podía, y moviéndose frenéticamente, agitando la cabeza, golpeando con furia un tambor situado al lado del micrófono, arrojándose al suelo... Florence interpreta con tal intensidad sus canciones que uno siente algo de decoro porque parece que nos estamos entrometiendo en algo muy íntimo. A veces parecía incluso que ponía los ojos en blanco, desde la distancia en la que yo me encontraba, y con esos movimientos espasmódicos, sinceramente, daba la sensación de que el diablo se había hecho dueño de su cuerpo. Y el diablo quería marcha.
Lo más irónico del asunto es que después de demostrar tanta garra, de pegar cuatro berridos de los que dejan sordo, de acribillar un tambor sin compasión, de girar como si fuera drogada con LSD, luego llegaba ella y con el semblante más dulce que podía poner y una voz como de colegiala tímida que no quiere destacar, decía un suave "Thank you" que nos dejaba más desubicados de lo que estábamos. Esta mujer es un torbellino sobre las tablas pero esconde un alma apocada, como pudimos constatar.
"Howl" caldeó el ambiente al que continuaron "Kiss with a fist" (ese tema que se descuelga del album por sus guitarras más propias de una banda de indie británico que de ella), "My boy builds coffin", y en general, todas las piezas del "Lungs" menos el "Girl with one eye". En Madrid además nos regaló la interpretación de una cara b que no conocía y que ignoro el título, si alguien lo sabe que lo comente.
Incluso los temas que menos destacan, como "Blinding" o "Between two lungs" sonaron grandiososo anoche, Florence se dejaba la garganta de tal manera, compadeciéndonos de sus pobres cuerdas vocales.
El primer gran momento de la noche, para mí, fue su revisión de la tremenda "Drumming song", la cual ya no será nunca más lo mismo desde que mi acompañante me dijera que le sonaba muy similar al "Crazy in love" de Beyoncé, y ahora es escucharla y venirme a la cabeza todo el rato la Beyoncé y sus caderazos (te odiaré por eso, lo sabes).
Aquí Florence se explayó como mejor podía hacer. Se agradece además que las versiones en directo no fueran completamente fieles a las grabaciones, sino que casi todas las canciones que interpretó las cambió sutilmente, sorprendiendo al público y deleitándonos soberanamente. Una de las más cambiadas fue este "Drumming song" con parón de largo minuto incluído. Muchos ya la habíamos dado por concluída cuando continuó con el estribillo despertando de nuevo nuestro frenesí.
Para ser una artisa primeriza, con ún unico disco en el debut, el riesgo que supone al maquillar levemente su repertorio la hace más grande si cabe, y su constante entrega con la gente, haciendo acertados comentarios entre las canciones, presentando esa cara b que pocos conocían o hablando de lo bien que se sentia entre nosotros, me traía a la memoria ese frío concierto de Muse, donde todo sonó como en el estudio y apenas dijeron dos escuetas palabras.
Esto es muy diferente, no es un estadio y Florence está casi al alcance de la mano, y como intentaba explicarnos, podía sentirnos pero no lo sentía. Quería decirnos, "I can feel it" y le salía "Lo siento", pero la pobre, confundida, nos decía, pero no es un "I'm sorry", es un "I can feel it". No pudimos hacer otra cosa que aplaudir este bonito gesto que la hacía aún más próxima.
Aquí el video que refleja la anécdota, grabado por mí. No se ve muy bien, pero se entiende bien lo que dice:
"Dog days are over" fue una locura. Nos quiso hacer partícipes saltando todos a la vez que ella decía, "1,2,3... Go!, pero... cómo se dice "Go" en español". Le ponía el micrófono a un chico de primera fila que le decía: "Vamos!". Así que ella se echó al suelo y a la orden de "Vamos" todos nos pusimos a saltar al mismo tiempo, haciendo que el recinto, literalmente, temblara.
Con toda la adrenalina aflorando por nuestro cuerpo se marchó un rato, dejándonos aún sin los dos puntales de su carrera, "Rabbit heart" y "You've got the love". A los 5 minutos salió y la explosión fue brutal. Quizás la versión de Candi Staton sonó algo más pausada, pero "Rabbit heart" y sus "Raise it up!!" nos volvieron a todos locos.
Sabíamos que hasta aquí habíamos llegado pues el cancionero de Florence no se puede exprimir más, así que satisfechos dirigiéndonos a la salida sólo podíamos pensar en esta portentosa mujer cuyo pelo rojo como el infierno, no parece una simple casualidad cromática. Si está donde está es porque se lo merece, ofrece un espectáculo envidiable y endiablado en el que no puedes apartar los ojos de ella, como decía mi colega. Tiene una presencia increíble y su voz te hipnotiza y te abruma.
Florence, tú podías sentirnos anoche, pero nosotros te seguiremos "sintiendo" durante mucho tiempo, y esperamos repetir experiencia. No es un "I'm sorry", es un "I can feel you".
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4 comentarios:
qué envidia me das.... justo hoy que publico yo una de sus canciones veo este fantástico post (he visto que la que publiqué no es de tus favoritas, aunque a mí me encanta)!!! En fin.... me muero de ganas de verla en directo!
Es que el disco está lleno de joyas, es difícil desmerecer alguna y creo que el manchón se lo llevarían "Kiss with a fist" (no por mal tema, sino porque desentona) y el "Girl with one eye", que se me hace algo plomiza.
"Between two lungs" gana con las escuchas, y repito, en directo, te acaba convenciendo.
Ay Dios mío, que acabo de leer en la Wikipedia que la Florencia tiene 24 años!!! Joder, y yo ayer diciendo que los 35 no los cumple!!
Es que tiene cara un poco de vieja, no me lo váis a negar.
joer.... pues sí que parece mucho más mayor que yo!!!!! dios mío cuando empiezas a ver que tus cantantes favoritos son un poco más jovencitos que tú empiezas a plantearte las cosas, jeje
un saludo!!!!!
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