Lo del macho dominante que aparece rodeado de "guarrillas" parecía algo que la sociedad había superado en ese esfuerzo mastodóntico de las feministas en su lucha por la igualdad.
Pues debe ser que no, que los tiempos de Alfredo Landa se extrañan y en los clips de megaestrellas latinas como Pitbull se siguen mezclando los mismos ingredientes: tío que parece un proxeneta, tías mostrando carne y por supuesto, carreras de coches. ¿Qué más puede pedir un adolescente con encefalograma plano?
Ahora, cuando la susodicha que arropa al Pitbull (si es que tiene nombre hasta de pandillero) es alguien como Shakira, la cosa se vuelve castaño oscuro.
Sabedora de lo bien que le fue a Jennifer Lopez, que es capaz de arrimarse a lo que sea con tal de vender dos discos, ha sido Shakira, que deambula entre fracaso comercial y pérdida total de identidad musical, la que esta vez ha querido cantar las dos frases de rigor y para el video recauchutarse en un traje que le exprima los pechos.
El video es de un vulgar que echa para atrás. El Pitbull con la ceja alzada todo el rato porque le deben haber dicho que eso le hace interesante y sexy, con sus trajes a medida impolutos, antes muerta que sencilla. Estos raperos ya no son lo que eran. Si como rapero pensábamos todos en ropas holgadas, pantalones colganderos y boxers al aire, Pitbull es el rapero que quiere gustar a las gentes de dineros con su estilo imitación de Versace, conduciendo coches de alta gama y rodeado de pibas espectaculares. Es el chico de éxito que salió de un entorno pobre y que ahora viste ropa carísima y se liga a las tías más buenorras. El sueño de todo niñato, vamos.
Por más que lo critiquemos hay que aceptar la realidad. Conociendo como conocemos lo que se cuece, esto va a arrasar en medio mundo y es que hasta yo mismo en los ultimos segundos de la canción he sentido ganas de ponerme un drinkito.
Otra cosa será la patética imagen machista que dan estos clips, pero lo que vende es lo que vende...
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