Mika - Celebrando su salida del armario

¿Es realmente importante que se sepa la orientación sexual de un cantante? ¿A estas alturas de la vida, te puede beneficiar o perjudicar? ¿Cuándo es el mejor momento para reconocer que uno es gay?

Agosto del 2012, siglo XXI y todavía es noticia que un famoso haga públicas sus preferencias sexuales. No nos vamos a poner en modo postmodernista ni transgresor porque tenemos que admitir que estos "outing" en el famoseo forman parte de la integración del colectivo gay en la sociedad y lo seguirán haciendo durante muchos años más. Son confesiones que a pocos sorprenden, pero que siempre se agradecen que aparezcan en los medios para que se sepa que el mundo gay tiene una fuerte presencia numérica de individuos.

Mika es el último de esos artistas del cual "todos sabían" pero que él mismo no acababa de confirmar. A punto de estrenar su tercer disco, "The origin of love", y con una carrera en declive que agoniza debido a la escasa repercusión que están cosechando sus últimas propuestas, ha querido ocupar titulares en los medios por algo que no sea su música, que como decimos, está perdiendo el interés entre el público.

Volvamos a las preguntas con las que comenzaba este artículo y centrémonos en el expediente Mika. El cantante libanés, hasta ahora, ha evitado toda cuestión sobre el tema. A pesar de la ambigüedad de los textos de sus canciones, de sus puntuales rendiciones a la pluma en alguno de sus visuales... No se puede decir que el chico fuera una mujer con zapatos, porque no es así ni mucho menos, y en la actualidad la metrosexualidad está tan en boga que el radar gay (gaydar) falla más que una escopeta de feria. Es difícil captar adeptos sólo con tu intuición y luego se lleva uno la sorpresa de que quién menos aceite desparrama, más afín es a la causa.

Los tiempos han cambiado y el "mariquita" de turno ya no es tan visible. Sigue siendo una pista fundamental, como podría pasar con Mika que todos sospechábamos pero él se mantenía firme en sus palabras. Reconozcamos que jamás negó que fuera gay, era de los que se callaba, decía que no era de interés general con quién se acostara él y pasaba a otra pregunta. La versión cambió hace un par de añitos, cuando para una revista holandesa comentó, cito literalmente de palabras de Mika, una lamentable afirmación. Como si hubiera una conversión gradual de hetero a gay, Mika prefirió suavizar su confesión, como muchos gays hacen para que la gente piense que aún hay esperanza de recuperación. El cantante admitió ser bisexual y que le era indiferente hacérselo con mujeres que con hombres. En aquel momento muchos alzamos una ceja en señal de desconcierto. -Es un paso- se comentaba entre bambalinas -pero acabará admitiendo que es gay, gay al 100%.

Eso es lo que ha pasado esta semana. Mika ha confesado. ¿Y qué repercusión ha tenido? Ninguna. Tampoco creemos que sea un revulsivo para levantar su levemente herida carrera, pues era de vox populis que el chico era "especial".

Quisiera apuntar a modo crítico: ¿Por qué precisamente ahora Mika, por qué en plena promoción de nuevo álbum? ¿Creías que te iba a pasar como a Frank Ocean, que fue declarar que era gay y colocar su recientemente publicado disco en el número 1 de los charts británicos? Por supuesto que lo de Ocean no ha sido sólo porque era gay, porque su caso es excepcional, se trata de una confesión en un entorno diferente más de machotes como es el hip-hop, pero bien que le ha ayudado a obtener suculentos ingresos. Frank fue otro que no se atrevió a decir que sólo come carne, que la chirla también es lo suyo. Bueno, eso dice él.

Ricky Martin llevaba publicados varios discos de cuestionable calidad que habían fracasado estrepitosamente en los charts, así que para su último disco, quiso anunciar (con libro incluído y para sentirse bien con el Señor, que le señalaba con su dedo instigador) que era homosexual. Le sirvió para recuperar algo de los índices de popularidad que había perdido, y reconocemos que como imagen para el mundo gay, es todo un ejemplo. El disco fue igual de malo que los anteriores, pero al menos en la gira que le llevó por todo el mundo, había un nuevo aliciente, que era ver cómo enfocaba sus interpretaciones el cantante de "Marcia baila", "Lola Lola" o "María", odas de machito a hembras en celo.

En resumen, querido Mika, me alegra saber que hayas explicado que los plátanos son amarillos, digo.... que eres gay. Lo que no queda del todo correcto para tu imagen es que hayas esquivado el tema durante años, en los que aún vendías millones de discos, y sea precisamente ahora que se van conociendo los flojos temas de tu nuevo disco y que sólo se acuerden de ti en Francia, que hayas querido salir del armario.

Me parece repugnante que hasta decir que uno es homosexual sea considerado una operación de marketing. No, no se puede jugar con eso. No se puede utilizar algo tan fundamental como lo que le atraiga a cada uno para vender más discos, acaparar más titulares o ser trending topic del día.

Mika, si en la cima de tu éxito, cuando "Relax" era número 1 por toda Europa, hubieras dicho lo que ahora has dicho, yo hubiera sido el primero en aplaudir tu valentía. Se valora tu acto, porque de sobra conocemos otros muchos casos de especulación gay que no tienen la osadía de llamar a las cosas por su nombre y siguen usando el doble juego conocedores de la gran cantidad de público femenino que aún tienen sueños calientes con ellos (Miguel Bosé, no estamos pensando en ti).

Así que por una parte me quito el sombrero y por otra te doy un cachete. Si jamás se hubiera tocado el tema, Mika, lo entendería, pero han sido varios los medios que se lo han planteado y tú has dado esquinazo a la cuestión. ¿Entonces por qué ahora? Porque te interesa, ni más ni menos. ¿Era necesario? Un no absoluto, era una obviedad. ¿Le viene bien a su carrera? Adquirirá autenticidad, jamás debería afectar a una carrera el hecho de ser gay, aunque seas rapero.

Abrid vuestras mentes y el mundo se abrirá a vosotros.

"Celebrate" es el nuevo sencillo de su inminente trabajo, "The origin of love". Una sosería de canción que va a pasar con más pena que gloria. Es fácil adivinarlo.