El premio al artista británico con más proyección que se da en los Brits Awars es uno de los que más expectación tienen. Máxime cuando anteriormente se lo han dado a gente como Adele o Florence & The Machine.
Llevan unos cuantos años que sólo se lo dan a mujeres y la de este año ha sido Emeli Sandé, una escocesa de padre zambiano licenciada en medicina que se dió a conocer por colaborar en temas de Chipmunk o Professor Green y ahora presenta por fin los hechos que estábamos buscando, pues hasta la actualidad sólo había promesas.
"Our version of events" es un disco que potencia el poder vocal de Emeli ante todo.
A pesar de incluir todos estos productores, según la Wikipedia- Naughty Boy, Mojam, Craze & Hoax, Mike Spencer, Emile Hayne, Paul Herman, Ash Millard, Alicia Keys - la música ha quedado relegada a un segundo plano para que el oyente se fije en su chorro vocal y en sus textos de amor.
Tras el resbalón de Beyoncé con "4", sus fans se podrán quitar la espinita si recurren a Emeli Sandé, que comparte más cosas con las americanas de las que le gustaría. Porque aún viniendo de las listas, esto suena demasiado gringo.
El tema de apertura, "Heaven", comienza de una manera colosal. Uno de esos hits que te levantan el ánimo, que suena impecable y que se agranda con las cuerdas y los coros que contiene. Un compendio entre el "Proud" de Heather Small, con el que comparte el mismo espíritu, y "You've got the love" de Candi Staton.
Los altibajos se suceden en este disco, de un tema que "más o menos" pasamos a baladas aburridas que no valen ni para amenizar las compras en el Mercadona.
Pasada la parte media tenemos "Next to me", que capta tu atención con ese rollito "Rolling in the deep", ¿es demasiado tarde ya para darle el voto de confianza?
Emeli canta bien, se admite. El problema aquí es que no han sabido quitarle el protagonismo de su voz y hacer un disco que no resulte tan pesado vocalmente. OK, la chica puede alcanzar notas altas, pero no es necesario que nos lo recuerden en casi todos los tracks que hay aquí.
Es un disco de cantante, que quiere que se la reconozca por eso, y aunque sea ella la que escriba sus canciones, se hace pesadísimo escucharla en estos catorce temas.
Esperas que la instrumentación te diga algo, que haya una variante, que se calle por un rato para que la música se eleve... nada de eso. Es un disco de karaoke, para cantarlo y entenderlo.
Los hechos han resultado ser decepcionantes.
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