Es cuestión de días que la "Perfecta simetría" de Keane vea la luz y que se dictamine si Keane se merecen tanta fama y ego o son un grupo sobrevalorado por unos cuantos con mucha mano.
Los amantes de la música de los 80, aquellos que gozaban con Culture Club, Depeche Mode, The Human League, Pet Shop Boys... están de enhorabuena ya no sólo por lo que nos han venido a ofrecer Keane sino con todo lo que están presentando nuevos artistas de la talla de The Killers.
¿Dónde está el drama que caracterizaba a Keane? Pues parece que lo han tirado al contenedor de materias orgánicas, porque si con "Is it any wonder?" intentaban ser los U2 de "Achtung baby", ahora suenan menos trascendentales que nunca y más despreocupados por sonar hipnóticos y querer llegar al alma. Ahora no quieren llegar al alma, se conforman con posarse sobre la piel.
Un cambio que recibiremos con los brazos abiertos pero no sin ese grado de escepticismo que todo cambio radical supone.
Después de las sombras de "Under the iron sea" y el coqueteo de Tom Chaplin, cantante de Keane, con el mundo de las drogas, parece que llega la explosión de luz en los dos temas filtrados del disco, "Spiralling" y "The lovers are losing".
Ponte de nuevo las gafas de sol que vamos a salir del tunel...
No hay comentarios:
Publicar un comentario