lunes, 26 de noviembre de 2007

STARS - IN OUR BEDROOM AFTER THE WAR



Adjunto dos críticas de este suculento disco publicado por los canadienses Stars, un grupo que tiene mucho que mostrar y que os sorprenderá:

Crítica de Rockdelux:

Cada vez se nota más en la música de Stars la relación con el cine de Torquil Campbell, fracasado actor juvenil que ha preferido que la película de su vida sea su grupo. Este tipo de referencias son frecuentes y reaparecen, por ejemplo, en el tema “Life 2: The unhappy ending”. El cuarto álbum de los canadienses podría estar estructurado como un gran musical de tono agridulce, aunque la apariencia conceptual, con ambiguas relaciones entre el clima bélico del momento, las rupturas sentimentales y el impulso dramático de cómo afrontar la primera mañana después de una tragedia, sólo se perciba en los dos primeros y los dos últimos cortes.

Stars son ambiciosos, arriesgan, tienen personalidad y sensibilidad y carecen de complejos. Pueden sonar mucho a Deacon Blue – influencia reconocida por Campbell -, intentar actualizar el legado de Burt Bacharach & Hal David o incluso buscar el pastiche de The Cardigans en “My favourite Book” y de Spandau Ballet en “Barricades”, pero, por encima de todo ello, imprimen un carácter propio en su incontinente ecleticismo. En el texto de este último tema, sin ir más lejos, recrean la nostalgia de una relación sentimental basada en el crimen y en la maldad. Hay textos más obvios, especialmente los de Amy Millan (quien, en contrapartida, aporta el pulso más pop en “Window bird”, “Bitches in Tokyo” y “Today will be better, I swear!”, pero conviven con momentos tremendos como “Personal”, donde los dos vocalistas interpretan a los protagonistas de una cita a ciegas vía chat que finaliza en desencuentro. “In our bedroom after the war” es un álbum complejo que requiere más escuchas que “Heat” (2003) y “Set yourself on fire” (2004), pero no olvida incluir un hit, “The night starts here”, que sería el equivalente a “Elevator love letter” y “Ageless beauty” en los discos anteriores.
DAVID SAAVEDRA.

Aquí el amigo David de nuevo, escribe una correcta crítica del disco, esta vez no hay “peros”.






Crítica de GOmad:


Tratando de no generalizar gratuitamente (haciendo hincapié en las conexiones éticas y estéticas que les conectan con sus paisanos Broken Social Scene o, más de refilón, con los Arcade Fire, que sería lo fácil), o intentando al menos generalizar únicamente lo justo y lo necesario. O sea, tratando de señalar más los logros y diferencias que las similitudes y convergencias. Pues vale, los de Montreal facturan un magna-pop de eficacia y trascendencia aún en la aparente sencillez de sus postulados; centrados más en el pop tecnificado de distancias cortas, más en la belleza coqueta y reservada de las melodías pop que la grandiosidad multi-instrumental sin renunciar tampoco a ella. Así que logran acercarse más a unos exultantes My life story (vale, aceptamos que el grupo de Shililingford se murió de propia magnificiencia dramática y cursilona, pero no se les podrá negar la capacidad de hacer alguna que otra canción pre-cio-sa) en la impepinable “Take me to the riot” (candidata a listas de fin de año desde ya), que a los intelectualizados responsables de “Neon Bible”: Y una curiosidad; la memoria visual (¿hay capricho peor de la misma que la asociación de ideas?) emparenta el artwork de este disco con la última novela de Andrew Miller (“Los optimistas”), que sin duda también podría haberse llamado “En nuestra habitación después de la guerra”.
JAVIER M. CAPRI


Queda claro que para sacar algo de provecho a esta crítica tenemos que conocer a todos los grupos que se mencionan. Así, el autor, aprovecha para alardear de sus vastos conocimientos de la música actual y buscar similitudes rebuscadas en donde no las hay, solamente compartiendo la misma nacionalidad.
Sólo comenta una canción – que he de decir que es soberbia – y al leer la crítica nos quedamos igual que estábamos. Eso sí, sabemos a lo que no suenan Stars y lo que no pretenden ser. Qué nos ofrece este disco desmenuzado?? Es un enigma...

Por cierto, busqué la portada del mencionado libro de Andrew Miller y no encuentro parecido alguno con la portada de este disco. Si alguien lo localiza, que me lo diga.

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