¿Qué le ha podido pasar a un grupo como The Corrs, con una proyección internacional envidiable, millones de copias vendidas, para acabar olvidado tan rápidamente en el limbo?
Con su disco "Talk on corners" vendieron copias como churros, y ahora, poca gente les echa de menos, y "menos" después de la incursión tan patética de la solista, Andrea Corr.
Supieron encontrar la receta mágica para las masas, mezclando los ingredientes exactos (pop y música celta) y conseguir ser únicos en un estilo que bautizaron, más no lo crearon ellos exclusivamente (a estas alturas es tan difícil innovar que se les perdona), pero supieron conectar con el mundo. En los 5 continentes.
Siendo tan exclusivos como eran al tocar un estilo único, original y que encima sabían defender tan bien en directo, no entendemos cómo se atrevieron a abandonar sus raíces folk irlandesas para acaparar por completo el pop chicloso en ese album tan tonto que fue "In blue".
Lo tenían todo, reputación, productores de prestigio (David Foster, Glenn Ballard, etc.) y van y se ponen a trabajar con RJ Lange, maridito de Shania Twain, que todo lo hace absolutamente igual.
Así fue de gracioso el hecho de ver el video de "Breathless" y ver a Sharon haciendo que toca el violín cuando no suena un maldito violin en toda la canción.
Otro grupo más sucumbiendo al gran bullicio del pop, dejando ese toque de unicidad que les caracterizaba para convertirse en otro grupillo haciendo tontipop para enamorados con pocas pretensiones y vocabulario escaso.
Lo que pasó entonces es que la gente quedó muy decepcionada con el cambio, por esa simbiosis hacia el pop, dejando atrás la etiqueta de la que presumían.
Viendo este tremendo fallo de conducta, The Corrs aún siguieron con sus letras de tontipop para enamorados adolescentes, amables e inocentes, para todos los públicos, en su siguiente album.
La diferencia está en que al menos con "Borrowed heaven" recuperaron parte de su folclore irlandés, pero ya era demasiado tarde.
El productor Olle Romo les construyó un disco que continuaba con ese lado pop tan guay, pero que no dejara de lado los violines, flautas y demás típicos instrumentos del país.
"Borrowed heaven" es algo así como el flotador que te encontrarías si estuvieras ahogándote en el mar, pero que de nada te servirá porque nadie te va a rescatar, tu estilo ha quedado desfasado y nadie te echa de menos.
Un disco regular con letras para provocar urticarias pero con alguna canción que suena decente, no muchas, eso sí.
No podemos ignorar el subidón de alegría que supone "Angel" o "Even if", o las baladas que no falten "Long night" o "Baby be brave".
Por otro lado, debemos y suplicamos que se hubieran ignorado, temas como "Time enough for tears" (un pestiño de tema) o "Hundrum".
Luego hay cosas interesantes como la armonía de "Borrowed heaven", pero en esa misma canción, nos encontramos el coro gospel más absurdamente usado en la historia de la música. Es innegable que las voces de ese coro quedan tremendamente mal al final del tema.
También reseñar, sobre las labores de producción, el aumento de volumen que se produce en todas las canciones cuando llega el estribillo. De acuerdo que el estribillo es lo que atrapa al oyente, pero no hace falta que se produzca esa soberana alteración no apta para escuchar con auriculares.
En fin, con esto y con todo, dudamos que The Corrs vuelvan a los escenarios, una pena, pero visto lo visto con sus dos últimos discos, no sabemos si se les echaría de menos.
PD: Andrea, ¿podrías volver al pasado y eliminar de tu carrera ese disco tan horrible que has editado este año?
5/10
Con su disco "Talk on corners" vendieron copias como churros, y ahora, poca gente les echa de menos, y "menos" después de la incursión tan patética de la solista, Andrea Corr.
Supieron encontrar la receta mágica para las masas, mezclando los ingredientes exactos (pop y música celta) y conseguir ser únicos en un estilo que bautizaron, más no lo crearon ellos exclusivamente (a estas alturas es tan difícil innovar que se les perdona), pero supieron conectar con el mundo. En los 5 continentes.
Siendo tan exclusivos como eran al tocar un estilo único, original y que encima sabían defender tan bien en directo, no entendemos cómo se atrevieron a abandonar sus raíces folk irlandesas para acaparar por completo el pop chicloso en ese album tan tonto que fue "In blue".
Lo tenían todo, reputación, productores de prestigio (David Foster, Glenn Ballard, etc.) y van y se ponen a trabajar con RJ Lange, maridito de Shania Twain, que todo lo hace absolutamente igual.
Así fue de gracioso el hecho de ver el video de "Breathless" y ver a Sharon haciendo que toca el violín cuando no suena un maldito violin en toda la canción.
Otro grupo más sucumbiendo al gran bullicio del pop, dejando ese toque de unicidad que les caracterizaba para convertirse en otro grupillo haciendo tontipop para enamorados con pocas pretensiones y vocabulario escaso.
Lo que pasó entonces es que la gente quedó muy decepcionada con el cambio, por esa simbiosis hacia el pop, dejando atrás la etiqueta de la que presumían.
Viendo este tremendo fallo de conducta, The Corrs aún siguieron con sus letras de tontipop para enamorados adolescentes, amables e inocentes, para todos los públicos, en su siguiente album.
La diferencia está en que al menos con "Borrowed heaven" recuperaron parte de su folclore irlandés, pero ya era demasiado tarde.
El productor Olle Romo les construyó un disco que continuaba con ese lado pop tan guay, pero que no dejara de lado los violines, flautas y demás típicos instrumentos del país.
"Borrowed heaven" es algo así como el flotador que te encontrarías si estuvieras ahogándote en el mar, pero que de nada te servirá porque nadie te va a rescatar, tu estilo ha quedado desfasado y nadie te echa de menos.
Un disco regular con letras para provocar urticarias pero con alguna canción que suena decente, no muchas, eso sí.
No podemos ignorar el subidón de alegría que supone "Angel" o "Even if", o las baladas que no falten "Long night" o "Baby be brave".
Por otro lado, debemos y suplicamos que se hubieran ignorado, temas como "Time enough for tears" (un pestiño de tema) o "Hundrum".
Luego hay cosas interesantes como la armonía de "Borrowed heaven", pero en esa misma canción, nos encontramos el coro gospel más absurdamente usado en la historia de la música. Es innegable que las voces de ese coro quedan tremendamente mal al final del tema.
También reseñar, sobre las labores de producción, el aumento de volumen que se produce en todas las canciones cuando llega el estribillo. De acuerdo que el estribillo es lo que atrapa al oyente, pero no hace falta que se produzca esa soberana alteración no apta para escuchar con auriculares.
En fin, con esto y con todo, dudamos que The Corrs vuelvan a los escenarios, una pena, pero visto lo visto con sus dos últimos discos, no sabemos si se les echaría de menos.
PD: Andrea, ¿podrías volver al pasado y eliminar de tu carrera ese disco tan horrible que has editado este año?
5/10
1 comentario:
Me encantan The Corrs.
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