Me gustaría recuperar una antigua canción relegada a segundo plano de una banda americana que muchos conoceréis por su éxito "Kiss me", a finales de los 90.
Si el nombre de Sixpence None The Richer no os dice nada, no os exprimáis más la cabeza pensando quiénes narices pueden ser estos.
Tampoco quiero adelantar este artículo extendiéndome ampliamente en el currículo de esta banda, porque quiero centrarme en una curiosa composición que venía en el mismo pack que ese "Kiss me" que tanta fama les dió.
Hablo de "Puedo escribir", una canción en la que contaban con versos de un famoso poema del autor chileno Pablo Neruda.
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche" era la amargura hecha palabras de Neruda al haber perdido a su amada. Este poema cuya estructura es inusual, no hay rimas, las líneas se repiten, las frases aparecen en parejas... provoca una solidaridad hacia el dolor infinito del autor que resulta inusual. Es el corazón malherido el que firma cada sentencia, la pasión borboteante imposible de contener que queda ahogada a nuestro pesar, el haber tocado el cielo con las manos y sentirse de nuevo con los pies en la tierra, abandonado y vacío. No hay mayor pena que la de la separación no consentida.
Sixpence... trabajaron una melodía aderezada con un travieso violín que producía acordes de estilo renacentista, sin olvidarnos esa percusión que parece llamar a la puerta de la desesperanza, recibiendo el silencio como única contestación.
Los versos de Neruda en el español casi imposible de entender de Leigh Nash, su intérprete, cobran protagonismo inquietante. La imposición parece forzada, pero hay más espontaneidad de lo que aparenta. La tristeza que emana de cada palabra es hiriente, el efecto es inefable. Leigh parece gritar, no se molesta en entonar, el dolor es insoportable y situándose en el precipicio de las lágrimas, destrozada el alma, replica: "Tonight I can write the saddest lines".
No es una composición fácil, la parte instrumental sufre variantes que no se engarzan con facilidad, la labor de la orquesta es encomiable, donde radica toda la fuerza que los versos de Neruda requieren.
Sólo es un extracto de lo que es un extenso poema, escrito con el corazón hecho añicos por un autor considerado el mejor poeta del S.XX para Gabriel García Márquez.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
El viento de la noche gira en el cielo y canta
El viento de la noche gira en el cielo
Oir la noche inmensa, mas inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocio.
Tonight I can write the saddest lines
The saddest lines about her.
El viento de la noche gira en el cielo
Oir la noche inmensa, mas inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocio.
Tonight I can write the saddest lines
The saddest lines about her.
>> Aquí tenéis el poema de Neruda íntegro.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario