En los 80, Bruce Springsteen estaba en la primera división de la música junto a Prince, Tina Turner, Madonna o Michael Jackson. Él no se sentía del todo representado en este selecto grupo.
Comentó más de una vez: "Dancing in the dark es lo más pop a lo que soy capaz de llegar, no va a haber otra igual. Quizás por eso publicara después "Nebraska", un disco de corte intimista acústico que dejó perplejo al público pero que encandiló a la crítica.
El Bruce que vemos que en este clip es el Bruce destinado a forrar millones de carpetas de quinceañeras. Si hasta le hicieron bailar al pobre. Guapo, sexy, con pinta de chico sano, cantando un pop rock que gusta desde las niñas a los mayores (estilo que luego abrazaría con toda su alma el canadiense Bryan Adams).
Se hizo rico, vendió más discos que nunca, pero él quería mostrar al mundo todas esas canciones que había escrito con la guitarra y que guardaba recelosamente en un cuaderno; esas que sus managers no querían que sacara. Pero Bruce hacía lo que le daba la gana. Así ha sido durante toda su carrera, la comercialidad con la calidad es difícil de definir con Springsteen, aunque todos pensemos que con sus últimos trabajos ha dado en el clavo con respecto a las dos variantes.
Otro de los motivos por los que el clip de "Dancing in the dark" se hizo conocido es por la famosa actriz que sube al escenario en la parte final, desconocida por aquella época. ¿La reconocéis?
Durante la gira presentación de aquel año, Bruce hacía lo mismo en sus directos, antes de terminar invitaba a una chica de la primera fila para que bailara con él. Lo acabó odiando, y a la canción también. Por lo que no la ha vuelto a cantar desde hace mucho tiempo. Según él, no le pega.
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