James Blunt - Uno tendrá que dar el paso

"Some kind of trouble", el tercer lago del lengua afilada James Blunt fue recibido con frialdad en su país natal, Inglaterra, quizás porque el primer sencillo sonaba a hit veraniego en pleno invierno y se veía más enfocado a USA que a UK, lo cual no suele gustar en el país de David Cameron.

En este blog tampoco nos emocionó su copia barata de "Hey soul sister", su video playero y su nuevo corte de pelo fashion "más-metrosexual-no-puedo-ser". El álbum se estrenó en listas tímidamente y enseguida formó parte del pelotón de cola, pero un segundo single algo más resultón, más del estilo sentimentaloide pastelón al que nos tiene acostumbrado, y que es lo que la gente espera de James, por mucho que le pese, está consiguiendo revivir un poco las ventas y que en los Estados Juntitos haya tenido una entrada en charts bastante digna.

"So far gone" tiene madera de balada con prisa, un medio tiempo que podría haber sido veloz o podría haber resultado lánguido. Sin embargo, se ha decidido por dejarla en el borde, en los linderos de ambos campos, lo cual me parece un acierto.

Si nos la imaginamos un pelín más calmada se hubiera convertido en otro "Goodbye my lover" y más rápida hubiera sido un desatino, por lo que James nos presenta esa canción perfecta para cualquier momento, que tan bien rellena un disco de lo que sea, puesto que se acopla a cualquier tiempo sin ninguna complicación.

Aparte del pack en donde la podamos meter, "So far gone" es otra canción de amor quebrado, o mejor dicho, que hay que quebrar. Cuando los dos son conscientes de que todo ha acabado, de que se les rompió el amor de tanto usarlo, uno es al final el valiente y el que acaba diciendo las cosas como son: "I'll just say what you won't say". Han intentado superar los baches, encontrar el camino que los uniera y siguen encontrándose a un extraño en la cama. No se llegan a entender, han peleado en batallas que ninguno quiere desvelar y para qué negar la evidencia cuando ya tenemos un pie en la puerta, preparados para salir disparados.

Una letra que sin duda hace pensar en esas relaciones en las que uno siente que no hay continuidad, que nuestro destino no es hacia con esa persona, y la inercia es lo único que nos obliga a seguir, a sabiendas de todo lo que pasa. Finalmente, hay que tomar el paso, y eso lo hará el más valiente.

En el clip que lo acompaña, de nuevo James en su reconversión del Ken de la Barbie, aparece con filtros de luz para ocultar sus arrugas, lo cual no lo entendemos porque es lo que a él le hace más interesante, y ese look a lo Justin Bieber que tan poco le pega. Este chico no es un veinteañero y no debería pretender serlo, y esos cortes de pelo le hacen flaco favor. Aún así, los manidos planos en los que aparece solitario en cafeterías, caminando en puentes por la noche (¿en cuántos videos habremos visto las mismas secuencias?), consiguen darle la efectividad que requiere la canción: se trata de una reflexión, de una decisión que está recapacitando y es en esos momentos de soledad cuando uno puede aclararse, si es que estamos sintiendo que la otra persona se ha marchado lejos, aún estando cerca.