Esta canción de Counting Crows de la que quiero hablar
hoy se llama “Sullivan Street”.
¿Dónde está esa calle? Aunque realmente existe, y seguro
que hay unas cuantas que tengan ese nombre, aparte de la que yo conozco y que
luego hablaré de ella, se trata de una calle imaginaria que todos tenemos en
nuestras cabezas.
Es el lugar en donde terminan viviendo las relaciones
pasadas y fracasadas. Seguro que algunos tendrán una calle tan larga como la
Gran Vía de Madrid, otros cortita pero hermosa, como puede ser la calle del
Codo, también en Madrid. Allí se encuentran sus hermosos rostros, los cuerpos
que una vez abrazamos, los planes de futuro tan deseados, los buenos momentos
compartidos y los malos ratos que tanto nos afectaron…
Nosotros somos los arquitectos de esa calle. A unos les
hemos construido mansiones, auténticos palacios que de vez en cuando nos gusta
seguir visitando, otros seguro que no se merecen más que una chabola. Cada
persona decide cómo es la casa de la persona que acaba viviendo allí.
Recuerdo estar en Nueva York con mi pareja, cerca de una
plaza con un parque en el centro, y ver en una placa el nombre de esta calle,
“Sullivan Street”. Irremediablemente me acordé de esta canción y sentí lo mismo
que le rondaba a Adam Duritz, el cantante de Counting Crows, cuando la
escribió: Esta relación sentimental tiene que terminar.
Nueva York para muchos es la ciudad más fascinante del
mundo, y no sentir ninguna excitación porque por asuntos completamente externos
a nosotros, sabes que no deberías estar allí, por lo menos no en ese momento de
tu vida, todo esto es una experiencia muy desagradable que ojalá no vuelva a
repetir.
No estaba en el mejor modo anímico, y por más que intenté
que mi humor mejorara, la impotencia de no poder hacer nada y el dolor mental
que me invadía eran superiores a mis deseos de intentar hacer el viaje lo más
llevadero posible.
Ahí es cuando sentí la impotencia de la distancia, la
poca utilidad que tienen en ciertos casos las llamadas de teléfono. Quería estar
en casa, regresar y asegurarme viendo con mis propios ojos que todo estaba bien.
O que al menos no estaba tan mal como sospechaba.
Mientras, me sentía ahogándome en el mar, arrastrándome a
lo más profundo, llegué a una conclusión que se manifestó en mí como una
revelación: “no puedo seguir con esta persona”.
¿Cómo puedo continuar con una persona que parece tan
ajena a lo que me está sucediendo?
¿Cómo puedo seguir con alguien que mientras yo estoy
llorando sin parar, mientras hablo con mi familia, sigue durmiendo a mi lado
tan plácidamente?
¿Cómo ignorar ese abrazo que no me ofrece, cuando más
falta me hacía?
Dicen que el dolor te hace fuerte, y en épocas duras,
tomar decisiones de ese calibre es más fácil de asumir. Realmente fue así.
Quemad todas mis naves, que ya soy inmune al sufrimiento
y no me aflijo mientras observo cómo se hunden. Era tan tremendo lo que estaba
atravesando, que un poquito más de dolor no me iba a afectar.
La rabia que me atenazaba por dentro, mi irascibilidad,
la furia de la situación no pudo ser atenuada por nadie, pero creo que si
nuestro comportamiento hubiera sido otro, si el afecto y el cariño hubieran
estado presentes de una manera extraordinaria como requería el instante, mi
experiencia no la recordaría tan negativamente.
Así que la falta de consuelo y empatía que mostró mi
pareja por la situación que estaba atravesando fue el detonante para mandarlo derecho
a Sullivan Street.
La aparición de esa calle me hizo ver la realidad, como
una sonora bofetada, afrontar los hechos y actuar en consecuencia.
En esta intensa balada, la mejor del disco debut de los
Counting Crows, “August and everything after”, Adam nos cuenta la historia de
una relación que marchaba sobre ruedas, hasta que la madre de ella se fue a
vivir con su hija. Esta mujer era extremadamente católica y no permitía que su
niña durmiera fuera de casa, por lo que Adam estaba constantemente llevándola
de vuelta a casa, a veces a altas horas de la madrugada, cayéndose dormido al
volante. No entendía cómo podía permitirlo.
La chica vivía bastante lejos, por lo que esos viajes
cada vez se hacían más pesados, sintiendo además la frustración de la
situación, ya que la hija no quería hacerle frente a su madre.
De camino a casa, recuerda pasar por el río, atravesar la
ciudad, vislumbrar las sombras que caen en los sitios que han estado visitando
juntos… pero reconoce que muy pronto todo eso se acabará.
Ella le está haciendo sufrir, se ha entregado a la
voluntad de su madre y él está empezando a ahogarse con ella por la situación,
planteándose el futuro que le espera.
Así lo reconocía en un concierto en el que interpretaron
la canción, en donde Adam habló largamente de la historia que hay detrás de
esta calle.
"I had
this girlfriend who lived in San Francisco
I lived
in Berkeley
She lived on the far
side on San Francisco and
Her mother came out to
live with her from from New York
and her mother was
really, really, really catholic
and so she could
never stay at my house
We have to take her
home every night
It was a long drive
all the way from the hills of Berkeley
down to the
freeway and on to the bridge and across the bay into San Francisco
She lived on the far
fu**ing side of the city
and every
time I drove back I had to let her go and you know
It's like on top
of everything else
I had to let her go
I
can never have stayed
She could never stay
and I don't know one
day
I just had this, I
get this feeling lot
I think I wrote a
bunch of songs about it
Just knew
it wasn't going to last much longer
Not that i wasn't in
love with her
and it was even after
her mother got the f**k out of town
but I
was thinking a lot about those drives
because I started
thinking one day it was just going to be over soon
I don't know for me
sometimes it doesn't matter how good it is
It's s just
going to be over soon so
I wrote this song
I don't know why I
called it what I did because
I didn't leave
anywhere near any place named this but
I wrote a song called
Omaha I never been there before in my life
When we first
toured in Omaha the mayor tried to gives me the key to the city
I was so embarrassed
that I didn't go
I could have had these
hug f**king now but I don't got it
But this is a song
about something matters and you just know it is going to go
and it is about
someone name Susan
I don't' know
where she is now but it is called Sullivan Street"
Así que cada uno transforma este sitio y lo frecuenta a su antojo. A mí no me apetece edificar más en ella, pero quién sabe si pronto tendrá nuevos vecinos....
LYRICS
Take the
way home that leads back to Sullivan Street
'Cross
the water and home through the town
Past the
shadows that fall down wherever we meet
Pretty
soon now, I won't come around
I'm almost drowning in her sea
She's nearly falling to her knees
Take the way home.
Take the way home that leads back to Sullivan Street
Where all the bodies hang on the air
If she remembers, she hides it whenever we meet
Either way now, I don't really care
'Cause I'm gone from there
I'm almost drowning in her sea
She's nearly crawling on her knees
She's down on her knees
Take the way home that leads back to Sullivan Street
Where I'm just another rider burned to the ground
Come tumbling down
I'm almost drowning in her sea
She's nearly crawling on her knees
It's almost everything I need
I'm down on my knees
I'm down on my knees
Where all the bodies hang on the air
If she remembers, she hides it whenever we meet
Either way now, I don't really care
'Cause I'm gone from there
I'm almost drowning in her sea
She's nearly crawling on her knees
She's down on her knees
Take the way home that leads back to Sullivan Street
Where I'm just another rider burned to the ground
Come tumbling down
I'm almost drowning in her sea
She's nearly crawling on her knees
It's almost everything I need
I'm down on my knees
I'm down on my knees