jueves, 29 de abril de 2010
Dorian Gray - Por siempre jamás
Antes que Adam Lambert y después de Placebo, un desconocido Dorian Gray, al que le queda muy grande el nombre de la novela de Oscar Wilde, sacó un disco, hace cosa de dos o tres años, llamado "Hurt by the moon" y que tenía cuatro canciones excepcionales. Para ser más concretos, las cuatro primeras. Las restantes eran malas copias de éstas que se sucedían sin pena ni gloria.
Una de ellas es este "Forever more", una intrépida pieza que pasa como un huracán, pero que destila una magia especial que la hace atrayente. Aún con su apariencia fuerte se la ve vulnerable, aún en su escueto acompañamiento, parece enorme.
Remarcada por un constante golpetear de batería y unas guitarras que chirrían sin cesar, "Forever more" se quedará en tu memoria por siempre jamás, una vez que la escuches. Con su estribillo pegajoso, su ánimo enfundado y su casta valiente, viene directamente de un lugar indeterminado del alma. Más allá de la piel y de los órganos, llega a atravesarte hasta asentarse en un punto más allá de la conciencia, entre el bien y el mal.
Os dejo también un video donde el pobre Dorian destroza la canción, que lo pongo para que entiendan mis comparativas con Adam Lambert y Placebo. Con aspecto andrógino, siniestro y con más pintura que en la Capilla Sixtina, a Dorian le cuesta entonar una frase correctamente, bajando en las notas altas y yéndose por los Cerros de Ubeda en muchos de los párrafos. Es una pena, porque si ves que tu canción tiene una escala difícil de aguantar, no te arriesgues a intentar alcanzarlo porque vas a quedar tan mal como queda él, por lo que mejor escuchar la canción del estudio y dejarse impregnar por la magia de este "Forever more".
miércoles, 28 de abril de 2010
Bell X1 - Conocerte y dedicarte mi primera canción
Cuánta razón en las palabras de los criticos cuando, ni cortos ni perezosos, se animaban a catalogar el "Flock" de los irlandeses Bell X1 (del que tomamos el nombre de "Music in mouth") como lo más cercano a una obra maestra.
Las reviews de la prensa especializada no le daban menos de cuatro estrellas y casi todas acababan por sucumbir ante la evidencia de que no se merecen menos de 5 estrellas.
Problemas de distribución y una gira algo irregular, limitó el éxito del disco a su país natal, donde llegó al número 1 y despachó miles de copias, pero no entendemos cómo después de haber hablado lo que se ha hablado de ellos en el resto del continente, no consiguiera siquiera un top50 en el Reino Unido.
Nos extraña, porque conjunta lo mejor del indie actual con sonidos más atmosféricos a lo Radiohead, no en vano el "Flock" fue catalogado como un disco accesible de Radiohead pero más rico en texturas que lo que suele ofrecer los de Thom Yorke.
Me gustaría dejar aquí una de las canciones más completas, mejor acabadas y más curiosas de todo el disco. Con un piano acelerado que parece sacado de una vieja pieza de soul, trabajo soberbio el del pianista aquí, "My first born for a song" nos relata con una visión inusual lo que se supone es la espera de que llegue esa persona que necesitamos, mencionando en todo momento la idea de canción, con doble intención. Claro, ellos no podían delimitarse a decir "me encantaría conocerte y sueño cada noche con encontrar mi amor". Ellos aguardan en varios clubs, rodeados de té y ceniceros, pensando que alguien tiene que merecer la pena, rechazando la tecnología (sin navegadores, ni móviles ni mensajes de texto) y recordando que al final sólo estamos tú y yo, nada más. En la desesperanza por contemplar el panorama, un delicado pensamiento que aún se resiste: "Todavía debe haber algo por lo que merezca la pena cantar, y será lo primero que nazca para una canción".
Genialmente producida, los teclados new age inundan la sala a medida que la composición avanza, adquiriendo más sentimiento en lo que parece una idea vaga y superficial, pero no, nos encontramos con algo muy serio, un ritual en el espacio para encontrar, quién sabe el qué, pero que te haga recobrar la ilusión, si es que algún día se perdió.
Maravillosa en todos los sentidos, insisto, sobre todo en su parte final y en su espléndido solo del último trazo, que remata una jugada muy bien encauzada.
Sólo hace falta darle la mano a vuestro rey, que es el hombre al que tenemos que ver y así obtener su beneplácito.
Sigue la letra porque merece la pena:
Somewhere in this sea of Club Milks
Tea and ashtrays
There is a song
I'm in the crow's nest with binoculars
Just waiting for one to come along
I've seen the flare so I know it's there
It has me tied up at a rate of knots
No navigation, global position
Just me and this midnight oil
So take me to your king
I hear he's the man to see
And I will cross his palm
My first born for a song
Somewhere in this froth
And howling wind
There's something worth singing
Climb into the attic to write me a classic
But it's not happening
It's just Christmas up here
Between the phone calls
And text messages
The air must be thick with words
But not between us
Shoulder to grindstone
Switching to manual
Keep the head down
And I'll see you at the end
So take me to your king
I hear he's the man to see
And I will cross his palm
lunes, 26 de abril de 2010
Hole - De vender melones en el mercado
- ¿De dónde vienes, Courtney, querida?
- Pues del mercado, de vender melones a gritos. Qué hartura de dar chillidos...
- Se te nota, cuídate esa garganta, preciosa. Parece que te has fumado una caja de Farias.
- No te preocupes, para mi próximo disco remuevo Roma con Santiago y lo saco con el nombre de Hole y Santas Pascuas. Algún nostálgico estúpido se lo comprará.
- No es mala idea, recuerda lo mal que te fue con el anterior, sacándolo con tu nombre.
- Por eso te cuento. Los años pasan factura, y los excesos, más aún.
No sólo los cuerpos se estropean, las cuerdas vocales también se agrietan y una no tiene la misma capacidad muscular de antaño. Bien lo sabe Marianne Faithfull.
Parece mentira que Courtney Love, aquella mujer de arrolladora puesta en escena, que lo mismo te pega un grito que deja sordo o se saca las tetas en concierto para regocijo del público, sea la misma mujer que hay detrás de este "Nobody's daughter", un trabajo que podría ser idea de su peor enemigo.
La voz de Courtney, que ha pasado de ser gaviota a canario afónico, provoca una cierta penilla inevitable. Desconozco, por otro lado, quién habrá sido el productor de este disco, pero sea quien sea, flaco favor le ha dedicado a la viuda de Cobain. Suena a plástico barato, añejo y usado. El sonido es muy sucio, las cuerdas se confunden con las guitarras, parece grabado en una lata de guisantes. Courtney se desgañita acusando tanto cigarro y alcohol, por no hablar de otros productos de ocio, en canciones a las que cuesta pillarle la gracia, si es que alguna vez se la pillas.
De lo único rescatable del album, el cual incluso incluye una pretenciosa canción llamada "Carta a Dios", tenemos este "Honey", y aquí vemos lo cambiadísima que está la voz de Courtney, que se ha tornado en un timbre pelín desagradable.
Repito, es lo más destacable del disco, no suena del todo mal, pero el resto es tan divertido y ameno como que te pille un tren.
Veremos si después de tanta pelea pública con los ex-componentes de Hole, (Melissa Auf der Mar sí que ha sacado un estupendo disco en solitario y no la petarda ésta), por mantener el nombre de "Agujero" (cuánta poesía en tan poca letra), le saca partido a la jugada y vende algún disquito. Así al menos dejará de vender melones en el mercado.
Recordemos lo bien que sonaba Courtney hace años, por ejemplo en este hermoso "Northern Star":
Katie Melua - Versión 2.0
Quién se podría imaginar que Katie Melua, aquella dulce chica de rizos de azabache y apariencia melindrosa, que nos contaba tumbada en un parque lo de "hay nueve millones de bicicletas en Pekín", esa mujercita que toda suegra desea como nuera, quisiera reiventarse a sí misma aparcando cualquier referencia que se la pueda asociar.
Porque lo que de Melua se vislumbra en "The flood", no es que haya querido pasar página, sino que ha cambiado el libro entero. Era algo anunciado a los cuatro vientos, ella misma afirmaba haber concluído una trilogía (que compone "Call off the search", "Piece by piece" y "Pictures") y querer empezar una etapa nueva, con diferentes expectativas.
Ella, que con ese tríptico concluso despachó millones de copias por el planeta, se lo puede permitir.
Si se le antoja resucitar el espíritu de Kate Bush o la grandilocuencia de Sade, por qué no va a poder cumplir sus deseos.
Ya se veía venir, cuando se daban a conocer los nombres de sus colaboradores, Guy Chambers y Rick Nowels, a los que se ha sumado William Orbitt (El hombre detrás del "Ray of light" de Madonna), que esto pintaba, más que nada, distinto.
Escuchando ahora "The flood", el adelanto de "The house", el cuarto disco de la georgina, uno siente contradicciones perecederas. Si además tu primera audición se produce con el visionado simultáneo del video clip, el impacto es doble. No queda nada de bicicleta ni barquitos, "Here comes the flood" ( y no es la canción de Peter Gabriel), te canta Katie, poniendo esa carita de no romper un plato, pero rodeada de unos maromos impresionantes, únicamente vestidos con boxers ajustados.
"The flood" se inicia con sabor a la India, claramante influenciado por sonidos orientales, se mueve sinuosa, como una serpiente acercándose a su presa. Hombres con cuerpos tallados en gimnasios saltan y chocan entre sí, y entre todo este espectáculo filogay, Katie canta como si le hubieran puesto un foco delante de los morros. Entorna los ojos para darle énfasis a sus palabras... "La gente rota se recicla, y así espero yo hacer". Mueve sus manos, cual bruja efectuando un conjuro y aparece montada en un piano que más parece un toro mecánico, agitado por los chiquillos que durante todo el video muestran chicha y bailan al soniquete de la melodía. En el preciso momento que nos sentimos parte de la banda sonora de Aladin, llega Katie y pega un cambio de ritmo, que rompe todo el encanto de la canción, a mí me sigue sin encajar porque me parece injustificado ese acelerón a lo remix by DJ X al que se ha visto forzado.
Para que no olvidemos ese estribillo de aires exóticos, terminamos con su última reproducción, intentando pasar por alto ese cambio brusco que no se esperaban ni los chulazos en cueros que salen.
A pesar de mi tono crítico, la inundación de la cantante de "I cried for you" ha llegado hasta mi sótano, y sí, me ha convencido, aunque la mantendremos en observación por lo que pueda ser el resto del repertorio de esta Katie Melua versión renovada.
Como he comentado, esa inclusión algo forzada de la parte más movida, creo que me sobra, porque aunque siempre se agradezca un giro así, sobre todo para salir del sueño ligero en el que nos tenía asumido, no le encuentro cabida tolerada en la otra parte.
Katie ha querido explorar en nuevos sonidos y esos actos de valentía son plausibles, y hay que valorarle que ella siga tan recatada como suele, que no haya descubierto que tiene dos perolas como en su momento hicieron Jewel y Mariah Carey. La primera todavía está pagando las consecuencias de descubrir que es mujer y para la segunda no tenemos palabras, sólo sonidos guturales similares al de una arcada.
Si Katie conserva al respetable que la descubrió con sus amables tonadillas, lo sabremos en breve, en cuanto empecemos a hacer números. Y será cuando digamos si hay o no hay alguien a quien echar la culpa.
"Blaaaame.... no one is to blame...."
sábado, 24 de abril de 2010
Un lugar donde quedarse - Buscando nuestro sitio
Sam Mendes, director de American Beauty o Revolutionary Road, ha sido una debilidad mía desde que en su debut en el cine salían unas hermosísimas imágenes de una bolsa de plástico bailando levemente al son del viento, haciendo círculos, agitándose de un lado para el otro. El actor nos quería convencer de la belleza de la grabación. No hacían falta palabras de afirmación. Creo que muchos reconocerán esta escena, quizás algo tonta, pero para mí, inolvidable.
Ahora, de aquí para allá se mueve la pareja protagonista de "Un lugar donde quedarse" (Away we go), lo último de Mendes, alejado del circuito comercial e involucrado en el panorama alternativo. O independiente, como quieran llamarlo.
Será por eso que ha sido su película menos reconocida y ha pasado directa al DVD con una velocidad algo abrumadora. No será porque el film es mediocre, sino que quizás la inversión en el proyecto haya sido algo más escasa que en sus demás obras. Cubierta de un humor ácido, que recuerda en esencia a Juno y no sólo porque las dos comparten embarazadas, me ha parecido a la par entretenida y encantadora.
Los papeles principales corren por cuenta de John Krasinski y Maya Rudolph. Maya, para mí una grata sorpresa cuyo rostro no reconocía y John bastante más popular por su papel en "The Office". En pocas palabras, "Un lugar donde quedarse" trata sobre una pareja que van a ser padres en breve que buscan el mejor lugar para cuidar a su hijo, siempre contando con la ayuda de amigos o familiares. El problema es que no siempre es sencillo encontrar personas que encajen con tu vida.
Aunque aquí no estamos para hablar de este llevadero film, aquí tenemos que hablar de música. Siguiendo los pasos de toda indie que se precie, Sam Mendes ha dotado a su película de cándidas composiciones vocales que se suceden con bastante frecuencia en su proyección. La mayoría son por cuenta de Alexi Murdoch, un cantautor proveniente de Escocia, que ha aportado varias de las canciones que ya aparecían en su disco "Time Without Consequence", como "Wait" o "All my days". Alexi suena aquí hasta nueve veces y se codea con otras piezas de Bob Dylan, George Harrison o el famoso "Golden brown" de The Stranglers.
Alexi se mezcla en la trama como clave fundamental para entender y empatizar con los protagonistas, con cálida voz, de timbre muy parecido al de Evan Dando.
Apenas con el punteo de una guitarra, escasa percusión y su voz que te arropa como si de una manta se tratara, te hace querer saber más de él, conocerle y utilizarle siempre que tengamos frío.
Es el acompañamiento idóneo para esta road movie (a ratos plane movie) con mucho corazón. Por aqui dejo un par de temas de la película para que descubráis a Alexi, si es que no os quedan ganas de visionar esta (recomendadísima) "Un lugar para quedarte".
Meat Loaf - Cambiamos murciélagos por osos de peluche
Más de treinta años después de aquel multimillonario "Bat out of hell", Meat Loaf sigue publicando discos a un ritmo calmado pero sin dejar de provocar expectación.
El 11 de Mayo llega a las tiendas "Hang Cool Teddy Bear", su nueva propuesta, que cuenta con la producción de Rob Cavallo (Green Day, The Goo Goo Dolls) y de la ayuda en las voces de Jack Black (sí, el actor) para el primer single "Like a rose".
Después de estirar y amortizar la saga del murciélago fuera del infierno, que le llevó a firmar tres entregas, la última algo bochornosa y sin la colaboración de Jim Steinman, el alma máter del proyecto, ahora "Cacho de carne" levanta su copa por el reencuentro con el rock que le dió vida y, bastante tiempo después, sigue levantando pasiones. Lo comento después de ver lo bien que está vendiendo el album antes de incluso comercializarse, lo hemos podido ver en varios portales virtuales situado en lo más alto.
No sólo la robustez está en su cuerpo, sino también en su música. "Like a rose" comienza con guitarras acústicas a lo Dave Matthews Band, pero enseguida desprende su veneno con frases como "The bitch is like a rose, she fuck you when you're done" y se aleja de sutilezas cursilonas como "I would do anything for love, but I won't do that". Un primer single más propio quizás de Aerosmith que del rock sinfónico lleno de matices y cambio de Meat Loaf, el cual sí está presente en el corte inicial del disco, "Peace on earth". Y no se confundan, que lo que no quieren es paz en la tierra.
Definitivamente, este osito de peluche viene con mucha mala leche. Ignoro si tendremos temazos como esos añorados "Objects in the rear view mirror may appear closer than they are" (que considero lo mejor que ha hecho) o el más reciente "Blind as a bat". Por ahora, el tremendismo sigue siendo su carretera y la opulencia su sello de identidad. Veremos con qué estrambótico video nos sorprende esta vez.
viernes, 23 de abril de 2010
Aqualung - Atraído por los imanes
Mucho ha pasado desde que Matthew "Matt" Hales publicará su primer disco, homónimo, y nos presentara su exquisito mundo cubierto de sutiles melodías y voces desquebrajadas que reclaman un poco de consuelo en una vida anodina y vacua.
No es casualidad que guarde un cierto parecido físico con Beck, sino que también se reparten un dramatismo incómodo que revelan todas sus palabras, y que por más envoltorios que quiera colocar a sus creaciones, sigue apareciendo tan triste como las películas de Lars Von Trier.
Y como Von Trier, las comedias no es lo suyo, y cuando intenta aparentar feliz, no resulta creíble. Debe ser verdad esa máxima que dice que es más complicado hacer reir que llorar.
Aqualung, el nombre de guerra de Matt, se quiere desprender de cualquier regusto de sabor agridulce y nos aclara que él también sabe sonreir.
En "Magnetic North", su nuevo album, tenemos a un Aqualung al que tenemos que mirar dos veces, para saber si se trata del mismo hombre o alguien parecido a él. Si nos fiamos de "Fingertip", el alegre primer single, más propio de un Ben Lee inspirado tras horas ante el canal Disney, nos descuadraría soberanamente. Es al escuchar "Sundowning", sin ir más lejos, cuando ya reconocemos esa figura adusta que se quejaba de dolor ante la caída de "If I fall" o se preguntaba la naturaleza de los objetos en "Strange and beautiful".
Tampoco le sienta mal el sol al pálido Hales, y a su discográfica la tendrá más contenta después de tener varias canciones que sí se pueden radiar en emisoras de radio, sin temor a sonar catastrófico como ocurría en "Memory man".
Si encima venimos acompañados de las voces de Sara Bareilles o la cantante de A Fine Frenzy, qué mejor reclamo.
Parece que en tiempos de crisis, necesitamos alegría más que nunca, o eso piensan cantantes melancólicos como Aqualung o Sia.
Atraído por los imanes, siempre es un placer tenerlo sentado en nuestra mesa. Es un comensal con muy buen gusto.
viernes, 16 de abril de 2010
Natalie Imbruglia - Dedicada a sus labores
La pizpireta Natalie Imbruglia, tan pronto te saco un disquito como te protagonizo un bodrio de film, ha decidido que ya está bien de hacer el chorra, anuncia retirada definitiva de la música para dedicarse a "otros proyectos".
Su último album, "Come to life", paradójicamente es el que la ha llevado a la muerte más absoluta. Tal ha sido el fracaso en todos los sentidos, que la pobre, desilusionada con la vida, ha decidido echar tierra de por medio y enfocarse a hacer otras cosillas que la den mejor rendimiento.
Natalie no se puede quejar de haber tenido una carrera corta en la música. Aunque empezara en la serie australiana "Neighbours", de la que también emergió gente como Kylie Minogue y Jason Donovan, y nadie se acuerde de su participación pero sí de esos tremendos ojos azules que cantaban desconsolada aquello de "Torn" allá por el 1998.
Doce años después, algún éxito más le acompaña, aunque nada comparable a ese gran hit, pero puede incluso estar orgullosa de que "Counting down the days", su disco previo, alcanzara el #1 de los discos más vendidos en el Reino Unido.
Quizás será después de haber alcanzado la cima y disfrutado de esas tremendas vistas, como ahora, sepultada en las alcantarillas, no debe estar muy satisfecha por cómo le han ido las cosas.
A pesar de contar con Chris Martin de Coldplay para escribirle canciones, de productores de prestigio para perfilar su sonido y una imagen explosiva mostrando carne como dictan las actuales leyes de mercado, el último disco de la Imbruglia no sirve ni para espantar las palomas. Ya lo anunciábamos aquí después de haber conocido ese "Want" que fue primer single y que tan mal fario nos daba. Si es que una canción que repite la misma línea musical todo el rato no puede dar buenos resultados.
A todo eso le añades que la compañía no se ponía de acuerdo cuándo sacar el album y cuando lo hicieron no se enteró absolutamente nadie, haciendo un top100 de pura casualidad. Después se anunció un segundo single, "Scars", que finalmente no salió nunca y ahora, a la Imbruglia le da una pataleta y tira la toalla diciendo que lo deja, que está cansada del mundillo de la canción, que ha sacado su disco más chupiguay y se lo han comprado cuatro pringados. Ella, que estaba deseando ser un icono sexual y la más cool del universo, que pensaba que había juntado toda las piezas para confeccionar una máquina que la hiciera ser la más grande, ha comprobado lo cruel que puede llegar a ser el destino.
Pobre ingenua niña caprichosa, que pensaba que con su "Want" y con Chris Martin en los créditos iba a comerse el mundo, cuando lo que se ha comido es su orgullo de pretenciosa.
Ahora, se retire o no se retire, me da absolutamente igual. Si es para hacernos creer que va a sacar algo que va a cambiar la dirección del planeta, como se pensaba ella, y que luego sea tan malo como el "Come to life", pues que se quede en casa y monte un criadero de ovejas lanudas, que probablemente haga algo más de dinero.
Nos ha dejado tres discos excepcionales, eso hay que admitirlo. El pop "Left of the middle", el experimental "White Lilies Island" y el indie "Counting down the days". Todos los que difruten del pop en estado puro, tendrían que escuchar las canciones que Imbruglia ha dejado antes de creerse mejor que ella misma. Qué gran error.
Hermosas canciones como "Shiver", "Satisfied", "Big mistake", "City" o "Perfectly", se mantienen perennes con el paso del tiempo.
Hay pena, por supuesto, porque la australiana tenía su puntillo, pero no hay que darle mucho crédito. Se tratará de otro capricho de niña malcriada y en un par de años se animará y grabará otro disco. Su ego no le permitirá estar en el anonimato mucho
tiempo.
Recordemos "Shiver":
miércoles, 14 de abril de 2010
Scissor Sisters - Muchas noches encima
No es casualidad que sea el 28 de Junio la fecha elegida para la publicación del nuevo trabajo de los Scissor Sisters.
El día del Orgullo Gay saldrá "Night work", el esperadísimo retorno de la banda de Jake Shears, Ana Matronic y los suyos.
Ya van saliendo cositas, como el adelanto "Invisible night", un trallazo de pop electrónico con tufo ochentero sin medida y en el que podemos escuchar las palabras de Ian McKellen por la parte final, con el subidón de adrenalina que produce el tema.
Si este es el cierre del disco, no queremos imaginarnos cómo será el resto.
Con la mano de Stuart Price (y se nota sobremanera), este "Night work" promete y mucho, recuperando a unos Scissor algo mellados por aquel flojo "Ta-Dah" del que ya han pasado varios años.
Y el silencio en el que se habían refugiado y, con muchas noches encima, es de donde han sacado las energías y la capacidad para realizar lo que pretende ser su trabajo más redondo hasta la fecha, lo que les eleve a la categoría de petardas electro gays que se merecen.
El primer single será "Fire with fire" y en breve se podrá escuchar. Los de PopJustice, que ya han escuchado el disco, han salivado durante todo el proceso.
Si encima la portada es el primer plano del culo prieto de un bailarín, agárrense los machos que vienen las hermanas tijera para darnos noches de placer.
Escucha aquí "Invisible light":
lunes, 12 de abril de 2010
Evelyn Evelyn - El nuevo proyecto de Amanda Palmer
Junto a Jason Webley, la carismática Amanda Palmer vuelve a formar un dúo, como ya hizo con The Dresden Dolls para el proyecto Evelyn Evelyn, cuyo disco ya está a la venta.
Singular aventura la de estos dos, que han unido voces y cuerpos para dar forma a Evelyn Evelyn, dos siamesas gemelas que comparten brazos, piernas y corazón, formando un único cuerpo.
Las canciones de este proyecto, el cual seguramente no produzca ningún álbum más, tratan, a modo de banda sonora de musical de las inquietudes de estos dos seres unidos de por vida, de las vivencias que han tenido (contadas a modo de interludio, con las narraciones de los dos protagonistas), y rematado finalmente con un cover con ukelele del "Love will tear us apart" de Joy Division.
Desconozco si tienen la intención de crear una obra de teatro para presentar estas canciones, pero lo cierto es que tendría su tirón. Son composiciones muy visuales, con muchos cambios de dirección y que en imágenes tendrían una significación mayor.
Un trabajo desbordante de imaginación y creatividad, con una temática que ya provocó críticas entre los fans de Amanda Palmer, que no veían con buenos ojos esta recreación en gemelos, pudiendo resultar ofensiva.
Pero nada más lejos de la intención de este dúo, que ansiaban que la gente escuchara el disco completo para que entendieran el concepto general, enfocado con respeto y discreción.
Para los amantes de los musicales a lo Chicago o Nine, disfrutarán con las nuevas canciones del cabaret pop de Amanda y su compinche, en forma de Evelyn Evelyn.
Aquí, su tema principal, "Evelyn Evelyn".
Ojito a la letra:
Evelyn, Evelyn,
Why do we bother to stay?
Why are you running away?
Don’t you feel like severing?
Everything’s just come together at last.
It’s broken, I don’t want to play.
We grew up closer than most.
Closer than anything, closer than anything.
Shared our bed and wore the same clothes.
Talked about everything, spoke about so many things.
What shall we wear tonight? What shall we eat today?
Can we go ice skating? But we just did that yesterday.
Should we be firemen? Can we be astronauts?
What if they find us? They’re not looking anyway.
Fill my glass, let’s drink a toast.
This is our birthday, so why are we weeping?
At your side, I feel like a ghost.
I wake up first, and I stare at you sleeping.
What shall we wear tonight? What shall we eat today?
Do you think I should marry him? But we just met him yesterday.
Should we be movie stars? Will we be millionaires?
I want to be famous. They're watching us anyway.
We grew up so very close.
A parasite needs a host.
I’m only trying to do what is best for us.
Well, I never asked for this, I never wanted this.
All that I want is some time to myself.
Looking in your eyes, I’m coming home.
Just get away from me, please just stop touching me.
You’re always trying to be somebody else.
Now I realize I’m not alone.
Well, you’re only scared of me.
But you never cared for me.
Why don’t you let me free?
‘Cause you’d never dare to be.
‘Cause you never listen, you’re always insisting.
(I’m just/just stop) reminiscing,
I feel something missing.
I just want (you here with me/my privacy),
God (can’t we just get along/won’t you leave me alone)?
Damien Jurado - Receta mejorada
Qué difícil es encontrar tiempo para un blog después de unas intensas vacaciones de Semana Santa y una complicada semana de trabajo en el que no he tenido tiempo para nada, y ninguna gana me quedaba al llegar a casa de pasar más horas muertas frente al ordenador.
Perdonen que no haya actualizado el blog en una temporadilla, pero uno es sólo uno y le cuesta encontrar huecos para poner lo que sea.
Pero no todo ha sido tiempo perdido, porque como siempre, en mis idas y venidas la música me acompaña de muchas maneras.
En estos días, por ejemplo he recibido con los brazos abiertos el nuevo disco sorpresa de Damien Jurado. Y digo sorpresa porque antes incluso de saber que ya lo estaba grabando me lo encuentro por los interneses para descargar. Alucinado me quedé. De no saber cuándo sería la sucesión del maravilloso "Caught in the trees" a, de buenas a primeras, ver el disco ya preparadito para degustación personal.
Tan absorto me quedaba escuchando las canciones del anterior disco, que con ansias de tener algo más de este hombre (¿o de esta banda?), me hice (comprando el original) con el inmediatamente anterior: "And now that I'm in your shadow". Un disco deprimente para gente deprimida, lleno de historias a cual más triste y con melodías repetitivas perfectas para echarse una buena siesta.
Será por eso que con "Saint Bartlett", lo nuevo de Damien Jurado, andara un poco desconcertado. Porque según el estado de ánimo de Damien debe ser que por ahí andarán los derroteros de sus discos. Sin que "Caught..." fuera la alegría de la huerta, su trasfondo también es tristón y taciturno, eran canciones con el alma más expuesta, más directas a hacer mella en nuestros sentimientos, y melodías más reconocibles y con mejor digestión.
Mis miedos se mostraban latentes con lo que sería lo próximo, si volvería a sus composiciones para cortarse las venas o continuaría con el buen oído con el que le descubrí.
Todo ese pánico se desvaneció nada más escuchar "Cloudy shoes". Efectivamente, Damien ha continuado la senda que le encontró atrapado entre los árboles y ahora, en "Saint Bartlett", decide tirar de estilo y saberhacer para reportarnos doce canciones de las que se quedan grabadas irremediablemente en las paredes de nuestro cerebro. Aunque la idea de que haya sido grabado en la más estricta intimidad junto al productor Richard Swift sonase de lo más minimalista, Damien Jurado y su voz rota y compungida retoma la vía que se había marcado, con la misma intensidad sonora que conocíamos. Siguen sonando guitarras eléctricas, como en "Wallingford", pero es ese aura de folk americano que saluda a los sesenta desde "Arkansas" o el primer track, los que nos hacen cerrar los ojos para ponernos a soñar.
Un album, que por lo poco que he descubierto, promete ser uno de los indispensables de este 2010, porque Damien sigue poniéndome los pelos de punta con ese hilillo de voz tan personal que tan bien sabe utilizar.
Esta vez sí, miedos fuera y con receta mejorada. ¿El tiempo me dirá que es mejor que "Caught in the trees"? Podría ser, pues apunta maneras...
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