Vistas las dos películas por las que Colin Firth y Natalie Portman se han llevado los Oscar, sólo me queda decir que son altamente merecidos los premios.
Ambas dos películas son un tobogán de lucimiento para los dos actores, quizás más evidentemente "El discurso del rey", una película a mi parecer algo insustancial que no debería haberse llevado el Oscar a la Mejor Película. Se deja ver, es entretenida pero su historia no es singular, predecible desde el primer momento, fiel y correcto al momento histórico y con el único propósito de ver a un Colin tartamudo, dubitativo, gesticulando, enrabietándose y perdiendo los nervios. Su relación con el logopeda, otro buen papel para Geoffrey Rush, tiene el único atractivo de mezclar dos personas de clases sociales diferentes, confrontando la humildad de uno con la prepotencia del otro. Como film, otro elegante producto británico complaciente y amable.
No es así "El cisne negro", un film bastante duro y sobrecogedor, en lo que, precisamente, parecía que iba a ser lo contrario. Reconozco que lo pasé francamente mal viendo a Nina, el personaje de Natalie, obsesionándose con su papel como solista y devorándose a sí misma, mimetizándose en ese cisne negro que nadie creía ver en ella. Su historia es más compleja, con varios puntos psicológicos en los que el espectador queda confundido, entre la imaginación y la realidad, y aún así, Darren Aronofsky consigue que nos metamos en la piel de la protagonista para que asumamos sus traumas como propios.
Aquí no hemos venido a hablar de cine, aparte de que no se me da muy bien. Colin Firth, en el dominical del ABC del pasado domingo, reconocía ser un devoto aficionado a la música. Todos pudimos apreciar el destrozo que hacía al "Our last summer" de ABBA en la película "Mamma mía". Que se dedique a la interpretación que es lo suyo.
Por parte de Natalie, ella aparecía en un divertido y fantasmal video de Paul McCartney, "Dance tonight", de su disco "Memory almost full".
Sus premios estaban cantadísimos, y como de cantar aquí sabemos mucho, teníamos que darles la enhorabuena, porque como dice Nina en una parte crucial del film: "Now, it's perfect!".