La nueva canción de Adele para la última entrega de James Bond, "Skyfall", es, como todas las de la saga, bombástica, rimbombante y emocionante. Por supuesto, no puede faltar una sección de hornos de las que te erizan el vello, en una melodía creciente pero contenida.
Se agradece, porque podría haberlo hecho, que Adele no termine el tema con un grito de los que puede dar, y sin embargo, con la elegancia que la caracteriza, se desenvuelve en correción y saber estar. No hay que hacerle mucho caso a las letras de estas canciones, suelen hablar desde la determinación, desde la seguridad, pero siempre mostrando un lado vulnerable.
En "Skyfall" asegura que jamás podrán tener su corazón aunque admite que no puede ser ella misma sin los brazos amorosos que le aportan seguridad. El bipolarismo al poder. La canción apesta a éxito y seguro será un nuevo hit en la carrera imparable de la cantante británica. Es la joya más grande de la corona. Como lo es James Bond.
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