Budapest "Too blind to hear" - Demasiado estúpido si los ignoras

Si hay una palabra que defina con exactitud y acierto este “Too blind to hear” de los ingleses Budapest, esa es complejidad.
La calidad en ciertos trabajos en ocasiones no se nos presenta como un libro abierto, sino que tenemos que empezar a hurgar en sus páginas meticulosamente, con precisión de cirujano para acabar concluyendo en una opinión sólida sobre lo que aquí se nos ha presentado. Así, lo que en principio parecían defectos se nos convierte en aciertos y lo que sonaba a mediocridad retorna en grandeza.
A veces no es tan evidente juzgar un disco, no podemos soltar a la ligera opiniones sin elaborar e infundadas y nos damos cuenta, tras las escuchas que no hemos sabido valorar en su justa medida lo que tenemos delante.
Y todo debido a la complejidad.

Budapest sobrevivieron al suicidio de su guitarrista Mark Walworth antes de que viera la luz este album, y a pesar del shock que eso produjo en la banda, apesadumbrados decidieron seguir con la banda, conscientes del gran producto que tenían en el bolsillo y que estaban deseando dar a conocer al público.

En una primera escucha, antes de devorarlo varias veces, este disco puede parecer demasiado lineal, sencillo y en definitiva, prescindible.
Acompañados únicamente por una orquesta de cuerda, la banda es la encargada de fraguar su sonido.Toda la instrumentación de este disco se va sucediendo de una manera muy inteligente. En absoluto recargado, su blanco sonido se fundamenta en grandes acordes y en la inclusión de los elementos necesarios y no más, creando atmósferas acariciantes y azorando fantasmas a ratos e invocándolos en otros.

Incertidumbre, decepciones, desesperanza, desconcierto, cansancio, resignación por un lado y por otro ilusión, templanza y amor, aunque éstas se dejen ver menos.
Todo un amalgama de expresiones en sólo 10 canciones. Parece increíble, pero no les hace falta más para componer esta soberbia obra.

Tenemos todos los pilares que sostienen el edificio, desde “Is this the best it gets?”, el tema más comercial del álbum, hasta “Further away”, una réplica ante la educación paternal que para mentes sensibles podría resultar incluso ofensiva.
John Garrison, el cantante y compositor, modula su voz como le viene en gana, sabe agarrotar su garganta cuando se tercia (“Censored memories”), sonar como un colibrí en primavera (“Evade the pain”) y regular su timbre alcanzando extremos (“Is this the best it gets?”).

El dolor expuesto en “Look you in the way” ante una ruptura evidente, la negación ante la resignación de “Wake up call”, el afán de superación de “Nothing new”, la luz al final del túnel en “Save the day”… qué agudeza la de Garrison para la composición, qué manera de expresar las emociones más triviales, cuántas imágenes hermosas ha podido conjuntar en unas escasas frases plenas de contenido emotivo.

Si a esta laudable obra lírica le sumamos la fenomenal labor de producción, queda perfectamente claro que indiferentes no nos puede dejar, aunque como comenté al principio, las diferencias no estén tan a la vista, de ahí quizás lo de “demasiado ciego para escuchar”.
Su sonido quizás no genere nuevas etiquetas, es más, “Look you in the way” nos trae a la memoria directamente el “Run” de Snow Patrol y “Life gets in the way” recuerda el “Stand inside your love” de Smashing Pumpkins, pero Budapest ha sabido perfeccionar un estilo y engrandecerlo, lo cual no es una tarea sencilla.

Desgraciadamente se separaron en el 2006 y nos han dejado como legado únicamente dos discos. Una auténtica pena.
Nunca es tarde para descubrilo, bucear en su río musical, que aún siendo afluente de bandas como Keane, Travis, Coldplay, consiguen adquirir su propia personalidad y hacernos creer que en los '00 se siguen creando grandes discos y uno de ellos es el suyo.


10/10

Para ver el video de "Is this the best it gets?" seguir este link, que no está permitido adjuntarlo:
http://www.youtube.com/watch?v=QV4Dy2pNj4o