Manic Street Preachers según Rockdelux

En el último número de Rockdelux recogen una crítica breve sobre el último disco de los galeses Manic Street Preachers, "Postcards from a young man".

Los de esta revista parece que viven en un universo paralelo donde los resultados comerciales no van con ellos y sólo su opinión cuenta, porque el que lo ha escrito o no se ha enterado de nada de lo que ha cosechado la banda en los últimos años o directamente se ha inventado una realidad aparte. Lo gracioso es que hablen como si tuvieran la verdad absoluta y no hubiera cabida a ninguna objección.

Os la transcribo aquí:

"Cuando muchos les dábamos ya por acabados, los tres de Cardiff optaron por una jugada maestra: resucitar a Richey Edwards, poner música a sus textos inéditos y grabarla con toda la crudeza que podía aportar Steve Albin. Así, "Journal for plague lovers" (2009) surgió como si fuese el señuelo de un álbum perdido entre "The holy bible" (1994) y "Everything must go" (1996). Siguiendo esta trampa del eterno retorno, se puede decir que "Postcards from a young man" suena como si estuviese hecho a finales de los 90.

El comienzo envuelto en cuerdas a todo trapo con "It's not war (just the end of love" - su mejor single en más de una década - recuerda a "Design for a life". Al mismo tiempo, su combinación entre las reflexiones sobre la crisis de mediana edad y el malestar existencial provocado por el entorno sociopolítico (los mayores dardos recaen sobre las redes sociales, el desencanto del Nuevo Laborismo y la cultura corporativa y del entretenimiento) los colocan en el mismo lugar que cuando editaron "This is my truth, tell me yours" (1998).

Como en aquella ocasión, parecen querer infiltrarse en las radiofórmulas con una combinación de sonidos desacomplejada: aquí el pop orquestado fluye entre coros gospel, sacudidas eléctricas reminiscentes de Aerosmith o Guns N'Roses (colabora Duff McKagan), homenajes más o menos velados a la ELO y Queen, y por supuesto, a su propia carrera, como el intento de reconstruir "Motorcycle Emptiness" en "Some kind of nothingness" con la contribución vocal de Ian McCulloch. Lo mejor de todo es que, finalmente, han conseguido enganchar al tiempo: suenan rejuvenecidos y, si, casi al mismo nivel que en su época dorada.
DAVID SAAVEDRA.


Primero, situémonos en el tiempo. Cuando los Manic publicaron "Lifeblood", un album irregular que no tuvo buena acogida, podríamos pensar en un decaimiento, pero gracias al estupendo "Send away the tigers" (2007) y al exitoso sencillo "Your love alone is not enough" supieron reconectar con el público convirtiendo aquella canción en uno de los mayores éxitos de la banda. Se llevaron varios premios como el que otorgó la revista Q al sencillo del año. El disco se vendió estupendamente y todos recuperamos la confianza en los Manic. Esa ha sido su cumbre en los '00. Nadie los daba por acabados, todo lo contrario. Es precisamente después del pinchazo comercial con el "Journal", un disco bien criticado pero difícil para los fans, que han querido repetir la jugada del "Send away..." construyendo un disco que intenta igualar los mismos pasos efectivos que hacía aquel.

En la crítica de Saavedra hay referencias a muchos discos de los Manic, pero ni una sola a la obra con la que todos comparamos este nuevo album, el "Send away...".
Si algunos les dábamos por acabados, que tampoco era así, ha sido a raíz del "Journal", que aunque fuera alabado nos dejó más bien fríos. Esa grabación altamente presuntuosa les dejó en un punto de declive, pero no parece que los de Rockdelux se hayan percatado, es más, lo consideran el salvador de la banda.

Por otro lado, todas las referencias en las que se inspiran para esta obra es más de lo mismo en la carrera de los Manic. ¡Pues no habrá canciones políticas a lo largo y ancho de su discografía!. Todas las que quieras... ¿Crisis de mediana edad? ¿Crisis en general? Llevan tocando el tema desde hace veinte años, no hay más que bucear en el "This is my truth..." para encontrarse varios temas que se plantean cuestiones existenciales (Tsunami, Born a girl, Black dog on my shoulder).

En resumidas cuentas, las postales de los Manic continúan el trazado de los tigres, y eso es algo que sabemos todos los que hemos seguido a la banda, pero parece que para este periodista ese disco no existió jamás. Un olvido imperdonable.