sábado, 29 de diciembre de 2007

LANTANA - DESORDEN Y AMOR - Intentando poner orden...


Alba Gárate se embarcó en la deliciosa aventura de editar un disco, probablemente con la esperanza de cambiar, al menos un poquito, el rancio panorama español, donde Melendis varios y grupillos televisivos vomitivos, se quedan con las raciones más grandes del pastel, visto el nivel de imposición que tiene hoy por hoy el medio televisivo.

Lantana, como la película del mismo nombre, es el proyecto de Alba, proyecto que esperamos e imploramos que todavía tenga mucho que ofrecer, aunque este "Desorden y amor" haya pasado rozando y no tenga mención especial en los libros de historia.

En la maravillosa (y depresiva, todo hay que decirlo) "Azuloscurocasinegro", Lantana interpretaba su tema "Imaginarte", una preciosa composición con una letra para ovacionar, llena de imágenes sugerentes como la de "la mesa me parece una cordillera".
Entonces, llegó la nominación a los Goya a la mejor canción y la posibilidad de publicar un disco largo, nada de EPs, como el que había ya editado.

Así llegó "Desorden y amor", publicado por la desquiciante compañía EMI. Desquicia porque aunque durante muchos años haya sido la punta del iceberg en este país, en lo que a referencias queremos decir (Heroes del Silencio, Luz Casal) ahora poco se preocupan en publicitar a sus artistas, recayendo toda la promoción (y los gastos que conlleva) en el propio artista.
La web de Lantana ha estado meses parada, sin más mención que la de "Nuevo disco a la venta", y eso, amigos míos, resulta desolador para cualquier artista.



Pero bien, la historia de este "Desorden y amor" requiere que presentemos, en primer lugar, a los protagonistas.
El que para mí es el mejor productor que ha dado este país, junto al lejano Paco Trinidad, y que se quite el repetitivo Carlos Jean, es, sin duda alguna, el gran Suso Saíz.
Instigador de las atmósferas de discos de Javier Alvarez, Esclarecidos ("Dragón negro"), Duncan Dhu, Los Piratas ("Relax"), Tahúres Zurdos y un largo etcétera, encuentra su máxima expresión en este "Desorden y amor", expresado en el balance entre la producción experimental y la producción accesible para las masas.
El talentoso Suso siempre ha demostrado cómo presentar una canción, usando sabiamente las últimas tecnologías y en la vanguardia de sonidos preciosistas, buscando y hallando escenas provocadoras y ensoñadoras.

Hacía muchos años que no sabía nada de Suso y ahora, sorprendido, descubro que detrás del sonido de Lantana se encuentra él, y sinceramente, le aplaudo, porque ha sabido dar a este disco el toque y la distinción precisa que lo ha convertido en uno de los mejores discos del año.

El mejor calificativo para la voz de Alba sería elegante y suave, con expresiones similares a las que nos ofrecía Mónica Molina. Es por ello que debería evitar los temas en los que se precisa fuerza, provocar un huracán y dejarlo que arrase, porque, Alba no dispone de la suficiente potencia para que, por ejemplo, "¿Dónde estás?", resulte convincente y emotiva.
Su exquisita pronunciación, por otro lado, es laureable. Después de las últimas generaciones de cantantes femeninas, la voz de pito de Amaia Montero, la voz de cazallera de Rosa de OT o el insoportable ceceo de la de El sueño de Morfeo, que aparezca Lantana con ese timbre tan acariciador, lo recibimos con los brazos abiertos.

Ya entrando en el álbum, intentemos descifrar el sentido que el artista le ha querido otorgar, lo que al oyente se le va a presentar. Sí, es un disco variadillo que juega con varias piezas,temas que miran a la canción francesa de los 70 ("Sin palabras"), a las melodías italianas de Mina o Adamo ("Siempre"), al europop petardo ("Melancolía"), ese jugueteo con Andalucía en "Gatos pardos" y al género de cantautor ("Mi niña").
Poniendo todo esto en una coctelera, nos preguntamos... ¿todo esto, en su conjunto, funciona?. La respuesta es "A ratos".
Perdonamos los guiños a la chanson francesa, a las melodías italianas y al género de cantautor, porque pueden provocar una mezcla curiosa, pero creo que queda evidente que hay ciertos estilos que no se pueden añadir, porque al final la homogeneidad se disipa y queda un disco coleante, realmente cojo.

Curiosamente, cuando el disco encuentra su identidad, es en el tríptico final. "Mi niña" quizás sea la mejor canción del año publicada en español, acariciadora y cortante a la vez, con unos arreglos de cuerda elevadores. "Lantana", aunque sea la más sencilla en su planteamiento, supone un acierto. "Tobogán" te deja perplejo, exigiendo que aparezcan más piezas de este palo en el disco: traumáticas, complejas, inquietantes...

Hasta que aparece ese tríptico, todo son buenas intenciones y como indica el título, desorden.
Por ende, no me parecería justo que a Lantana se la recordara entre el público por canciones tan insustanciales como el nuevo single "Melancolía", que a pesar del riesgo de su letra ("habla sin tapujos sobre una relación lésbica"), musicalmente, es el "standout" del disco, la que sobra, para que nos entendamos.
Aquí, en "Melancolía", necesitaríamos darle un buen par de collejas a Suso Saíz, y decirle que no jugara más a imitar a Carlos Jean, que no le pega nada y que encima desentona.

En otros tiempos (rebobinemos a finales de los 80), canciones como "Lantana" o "En un sueño", o la misma "Siempre", hubieran sido apreciadas como se merecen, porque si bien no son melodías instantáneas, con dos o tres escuchas te hipnotizan. Ahora el público anda desesperado y no tiene paciencia, exigen que la conexión sea inmediata.

Así, desde el mirador ante un disco que lleva meses en el mercado y que no ha pasado por el top 50 en ningún momento, sólo encontramos la explicación de tal hazaña en una falta de promoción, porque el trabajo de Alba conjuntamene con el de Suso, justamente debería haber sido recompensado con algo de éxito comercial.
Yo tengo un comprobante de calidad que no falla y es mi madre. "Siempre" será la única canción de este 2007 que es capaz de tararear sin remilgos, y eso, confiad en mí, significa mucho.

7/10

"Siempre, siempre, a tu lado quiero estar..." no muy lograda líricamente, pero con un piano exquisito:

2 comentarios:

Justo dijo...

Haces bien en recordar el valioso y ya longevo currículo de Suso Sáiz: ¡hay discos formidables ahí!

Por lo demás, tu madre tiene buen gusto, puedes presumir de ella.

archer dijo...

Mi madre tiene un gusto muy particular, seamos sinceros, pero si algo se le queda en la cabeza, es que tiene que ser bueno y pegadizo, en partes iguales.

Suso Sáiz es el productor más infravalorado de la historia de este país, ya es hora de que se le reconozca como se merece.

Salu2.

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